En una reciente entrevista, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto de Doctrina de la Fe, (popularmente llamado Tucho) considera que su Declaración Fiducia Supplicans sobre bendiciones a parejas en situación irregular es muy clara, y sólo entiende que haya quejas en África, achacándolas a las leyes de algunos países africanos.
Sin embargo, no se trata solo de África. Son muchas las voces en Europa que consideran que Fiducia Supplicans es, como poco, ambigua, confusa o que se presta a malas aplicaciones.
Algunos aseguran que exige castidad o continencia para bendecir (aunque Fiducia no usa nunca estas palabras); otros que habla de amistad (aunque tampoco menciona nunca esta palabra), otros que se bendicen individuos y no parejas, otros que deben realizarse a escondidas y otros que no hay forma alguna de evitar el escándalo. Y todo sin salir de Europa.
Recogemos algunas reacciones de obispos y eclesiásticos relevantes de Europa:
1. Czeslaw Kozon, obispo de Copenhague (Dinamarca): «conversaciones e intercesión»
Danés de nombre eslavo, el obispo de Copenhague es también presidente de la Conferencia Episcopal Escandinava, donde los católicos son pocos, inmigrantes polacos, africanos, filipinos, etc… o bien conversos. Son católicos bastante conservadores en un entorno descreído y muy liberal.
En la web del obispado, Kozon ofrece una nota bastante detallada sobre cómo entiende Fiducia. «El problema no es el contenido de la declaración, sino la forma en que será recibida e interpretada«, advierte.
«Para que la declaración del ministerio doctrinal tenga el efecto adecuado y no cree confusión y polarización, es importante que se lea y se entienda en el sentido correcto, que consiste en parte en confirmar la enseñanza y la moral católicas tradicionales», añade el obispo danés.
«En lugar de una bendición formal o un ritual realizado públicamente, el cuidado debe expresarse, por ejemplo, en conversaciones e intercesión. Todo aquel que busca sinceramente a Dios puede solicitar y obtener su bendición, que entonces es una bendición que ayuda a las personas a acercarse a Dios, es decir, una bendición que se aplica a la persona y no a su relación», afirma.
2. Erik Varden, obispo de Trondheim (Noruega): muy en privado y con llamada a la conversión
Varden, converso al catolicismo desde el luteranismo en su juventud y antiguo monje benedictino, es considerado un teólogo experto en sexualidad y relaciones. Popular y traducido a varios idiomas, ha escrito una trabajada carta dirigida a los sacerdotes de Trondheim y los de Tronso (diócesis de la que es administrador por un tiempo) y al resto del mundo, porque ha difundido versión en inglés.
Empieza reconociendo que «la claridad detallada no es, explícitamente, la prioridad de Fiducia».
Por lo tanto, entiende que es tarea de «nosotros los sacerdotes» leer «lo que se dice y lo que está implícito». Sobre «parejas en situaciones irregulares», recuerda que según el Instrumentum Laboris del Sínodo de la Sinodalidad incluye también a polígamos (aunque Fiducia no los menciona).
Se remite a la carta que los obispos nórdicos ya publicaron el 25 de marzo una Carta Sobre la Sexualidad Humana hablando de «acompañar a todos con paciencia hacia la plenitud, con alegría en cada paso adelante».
Recuerda que los sacerdotes siempre bendicen a cualquiera que lo pida, «a menos que el solicitante, Dios no lo quiera, manifieste una actitud sacrílega». Asegura que la gracia de Dios puede trabajar cuando hay «sinceridad, humildad y fuerza» en quien pide una bendición.
Para estas bendiciones privadas, propone imitar a Jesús, que llevó a un leproso de la mano fuera de la aldea (Marcos 8,23) y le impuso las manos «sin convertirlo en un espectáculo público». «Esta condición de privacidad y confidencialidad corresponde a lo que la Declaración indica en sus números 31-41).
Para Varden, la intencionalidad de los solicitantes es clave: si se viera «propósito político o ideológico» (párrafos 32 y 39) «el sacerdote no tiene libertad para bendecir, y más bien debe invitarles a rezar juntos el Padrenuestro». Se aplica el «precepto eterno» de «no tomarás el Nombre del Señor tu Dios en vano» (Éxodo 20,7).
Recuerda que las mismas manos con las que bendecía Jesús en la Ascensión (Fiducia 18) mostraban las heridas de los clavos, «sacrificio de expiación por su sangre» (Romanos 3,25).
Recuerda también que las bendiciones en la Biblia a menudo incluyen avisos de que la vida es dura y requiere trabajo (Isaac bendice a Esaú pero diciéndole que «de la espada vivirás y servirás a tu hermano»), porque Dios «no nos deja en paz, sino que nos llama a salir de nuestra autopercepción limitada». Recuerda muchas citas que animan a la conversión y que Jesús no salió corriendo detrás del joven rico cuando éste se alejó por no atreverse a ser generoso. Anima a ir a Cristo «con casta integridad de fe, con coraje sobrenatural iluminado por la esperanza y calentado por la caridad».
3. Bernt Eidsvig, obispo de Oslo (Noruega): «Trata de la amistad, no del matrimonio, puede parecer confuso»
Eidsvig es un noruego que se convirtió al catolicismo desde el luteranismo con 24 años, tras pasar unas semanas preso de la KGB soviética en Moscú por introducir propaganda «subversiva» en la URSS, en un caso con resonancia internacional. En Katolsk.no, tras recordar que aún en 1972 la ley noruega castigaba penalmente las relaciones sexuales entre dos hombres, admite que lo que dice Fiducia Supplicans puede parecer confuso.
El documento, dice «trata de la amistad [vennskap] y no es lo mismo que el matrimonio. Para algunos, esto puede parecer confuso, pero no siempre es posible encontrar claridad sin luchar contra cierta confusión. Se mantiene la doctrina del matrimonio, pero se abre la posibilidad de que los sacerdotes proporcionen atención pastoral a los homosexuales».
«Quienes ahora pueden ser bendecidos, con la aprobación de la Iglesia, son personas que viven juntas en la amistad, un bien humano grande e importante», insiste.
Cabe señalar que un sencillo repaso a Fiducia Supplicans no encuentra la palabra «amigos» ni «amistad» en ningún sitio del texto (ni tampoco casto, casta, castidad, continencia…)
4. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo (España): «controvertida», «ambigua», bendecir personas, no relaciones
Los obispos españoles aún no se han pronunciado sobre Fiducia Supplicans. Los primeros en hacerlo han sido José Ignacio Munilla, obispo de Alicante (en esta clara entrevista en ReligionEnLibertad) y el arzobispo de Oviedo, Sanz Montes, en un mensaje breve en Twitter y Facebook.
«Es controvertida Fiducia Supplicans. Innecesaria tras lo dicho por el mismo Dicasterio y avalado por el mismo Papa hace sólo 2 años. Una prisa poco sinodal y una pretensión ambigua en un documento que confunde y defrauda. Bendecimos las personas, no las relaciones y circunstancias».
5. Obispos polacos: «es para personas individuales que viven en abstinencia»
El 21 de diciembre, el sacerdote jesuita Leszek Gesiak, portavoz de la Conferencia Episcopal Polaca, difundió un texto tras consultarlo con los obispos miembros del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Polaca.
Los obispos polacos intentan interpretar Fiducia Supplicans desde la nota de 2021 del cardenal Ladaria. La citan para concluir que «evitar la confusión y el escándalo es prácticamente imposible en este caso» (bendiciones del mismo sexo).
Dicen que tanto en 2021 como en Fiducia Supplicans «no se excluye la bendición de personas individuales con tendencias homosexuales que manifiesten el deseo de vivir en fidelidad a los planes revelados de Dios, tal como los enseña la Iglesia». «Por tanto, estamos hablando de personas individuales que viven en total abstinencia«, concluyen (aunque en el texto de Fiducia no se pide ese deseo de fidelidad ni esa total abstinencia para requerir bendiciones).
Los obispos polacos añaden: «Para evitar la confusión de que esto significa aprobación de las relaciones entre personas del mismo sexo, debe hacerse de forma privada, fuera de la liturgia y sin ninguna analogía con los ritos sacramentales. Es, como subraya el Papa, una expresión de piedad popular. Una bendición tiene sentido cuando una persona la pide de buena fe, es decir, quiere organizar su vida de acuerdo con la voluntad de Dios expresada en los mandamientos. Se supone que la bendición ayuda y fortalece a la persona para romper con el pecado y llevar una buena vida«.
6. Los ucranianos de rito latino: «tormenta de malentendidos», «parece aprobación», «ambigua»
Había unos 700.000 católicos de rito latino en Ucrania antes de la invasión rusa, organizados en 6 diócesis, una minoría frente a los católicos de rito griego. Su Conferencia de Obispos (distinta e independiente de la de rito griego) publicó un documento rápido, ya el 19 de diciembre, que en varias ocasiones critica la redacción del texto.
Aseguran que Fiducia Supplicans «provocó una tormenta de reacciones y malentendidos sobre cuestiones de moralidad y doctrina en la Iglesia Católica con respecto a este tipo de bendición. Y esto se debe a que muchos perciben el concepto de ‘bendición’ como ‘permiso’, especialmente como ‘permiso para pecar'», constatan.
«La distinción entre una persona y su status, la aceptación misericordiosa de esta persona y la expresa desaprobación de su pecado no son muy claramente visibles en el texto», protestan.
«Vemos el peligro en una redacción ambigua que provoca diferencias de opinión entre los fieles. Lo que echamos a faltar en el documento es que el Evangelio llama a los pecadores a la conversión, y sin un llamado a abandonar la vida pecaminosa de las parejas homosexuales, la bendición puede parecer una aprobación».
(Por otra parte, el arzobispo Shevchuk, pastor de casi 6 millones de católicos ucranianos de rito bizantino, decreta directamente que Fiducia Supplicans no se aplicará en las Iglesia Católicas orientales -son casi 20 millones de católicos sumando todos los ritos copto, siríaco, etc…- porque no las menciona en el texto y tienen sus propias tradiciones).
7. Gintaras Grušas, arzobispo de Vilnius (Lituania): «es fácil llegar a conclusiones erróneas»
En Lituania, país báltico de mayoría católica, el arzobispo de la capital publicó una nota porque «ha habido muchas preguntas y comentarios en las redes sociales y en los medios de comunicación».
«Queridos creyentes, les invito a leer esta declaración y comprender su contexto. Sin comprender la esencia del documento, es fácil llegar a conclusiones erróneas o malinterpretar el significado del documento. Espero que mis explicaciones les ayuden», anuncia. Tras reconocer el peligro de confusión, básicamente resume la declaración, usando casi las mismas palabras.
8. Jan Hendricks, obispo de Amsterdam (Holanda): «Estamos ocupados con la Navidad, necesito tiempo»
Lo del obispo de Haarlem-Amsterdam no parece una gran afirmación teológica, pero es lo que piensan muchos: Fiducia Supplicans ha llegado mientras todos los clérigos y obispos y fieles estaban ocupados preparando la Navidad, con toda su carga de trabajo.
«Todos estamos ocupados preparándonos para la Navidad en este momento y eso me incluye a mí. Espero volver en enero a la Declaración que, por cierto, procede del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y ha sido aprobada por el Papa en sentido general (no «in forma especifica») (así es no es un documento del propio Papa, como muchos escribieron). Me gusta tomarme un tiempo para estudiar el texto detenidamente y espero que otros hagan lo mismo antes de gritar todo tipo de cosas», escribió rápido en su blog del obispado.
Protesta contra los titulares de prensa que dicen que el Papa ha dado un «giro de 180 grados» a la doctrina. Hendricks considera que la nota de Doctrina de la Fe de 2021 «sigue siendo válida» y que las bendiciones que se permiten se entienden como «una petición de ayuda».
Lo compara con «un sacerdote que, excepcionalmente, no puede absolver a un penitente porque las condiciones faltan, dará en este sentido una bendición en lugar de la absolución, no como confirmación de un pecado, sino como oración para que a esa persona le vaya bien y continúe en el camino de Jesucristo».
9. Michael Nazir-Ali, Prelado de Su Santidad, ex-obispo anglicano de Rochester (Inglaterra): Fiducia confunde bendición con oración de intercesión
Nazir-Ali, nacido y formado en Pakistán, que fue obispo anglicano desde 1984 hasta hacerse católico en 2021, es un experto en el mundo anglicano y la situación de los cristianos perseguidos. No sólo tiene una visión inglesa, sino global.
Ha explicado con detalle en The Pillar los puntos más débiles que ve en Fiducia Supplicans:
En los párrafos 29 y 33 (entre otros) ve «cierta falta de claridad en la distinción entre oración de intercesión y bendición». Espera que la mención al Bendicional (en el párrafo 28) se use para indicar qué tipo de bendiciones son admisibles, porque fuera de ese marco «se abren las compuertas a todo tipo de bendiciones apropiadas o inapropiadas de personas, eventos y lugares».
«Amar a las personas no es lo mismo que darles la razón y bendecir todo lo que hagan. Como dice la declaración, con oración y arrepentimiento las almas se llevan a Cristo», añade. Protesta por referirse a Dios como «madre» (párrafo 27) porque la Escritura nunca lo hace aunque use metáforas maternas a veces (Isaías 49,15; Lucas 23,37). Le preocupa que así se oscurezca la relación de Jesús con el Padre.
10. Antonio Suetta, obispo de Ventimiglia-San Remo (Italia): las bendiciones son unos sacramentales y son liturgia
Uno de los primeros en reaccionar a Fiducia Supplicans con una nota detallada en la web de su diócesis fue el obispo de San Remo, Antonio Suetta, que considera que las bendiciones son siempre liturgia y sacramentales y deben someterse las normas llamadas «Premisas Generales de la Bendición». Parece ignorar por completo la argumentación de que se trate de bendiciones «no litúrgicas».
Así, dice: «Las Premisas Generales de la Bendición, precisamente al dar los criterios pastorales de las bendiciones, explican que ‘toda celebración de bendición debe evaluarse siempre sobre la base de criterios pastorales, especialmente si hay razones para prever un posible peligro de escándalo de parte de los fieles y de otros presentes'» (n. 13).
«Los comentarios y malas interpretaciones leídos inmediatamente después de la publicación de la Declaración Fiducia Supplicans que, en realidad, reitera la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, pueden hacernos comprender hasta qué punto el peligro mencionado en el n. 13 de las Premisas Generales de la Bendición no es nada remoto, al menos en el contexto de nuestra sociedad», constata el obispo italiano, que no habla de África ni Asia, sino de Italia.
«La Iglesia debe sentir la santa preocupación de evitar que se introduzcan abusos y gestos que, disfrazados de actos pastorales, en realidad contradicen la verdad y la justicia, desembocando en la arbitrariedad y el abuso y, en definitiva, en el engaño y la mentira, que son todo menos pastoral, perjudicando, en cambio, la salus animarum», añade.
«Si las uniones irregulares de personas de diferente sexo o del mismo sexo, como reafirma varias veces la Declaración, contradicen la verdad del hombre y la doctrina confiada por Cristo a su Iglesia, ¿cómo podría la bendición de las parejas en tal situación (no de cada uno para darles ayuda, apoyo y acompañamiento) ser alabanza y exaltación de Dios, encaminada al beneficio espiritual, sobre todo si no hay una voluntad decidida de sustraerse a él? De hecho, las Premisas Generales señalan que «para obtener la plena eficacia, es necesario que los fieles se acerquen a la sagrada Liturgia con la justa disposición de ánimo. Por tanto, quienes piden la bendición de Dios a través de la Iglesia deben intensificar sus disposiciones» (n.15).
«Sigue siendo difícil comprender cómo se puede cumplir en la medida de lo posible a quien quiere la ayuda de una bendición pero, al mismo tiempo, no quiere remediar aquella situación que contradice el Evangelio y para la que, en cambio, pide la bendición», insiste.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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