La familia es el pilar básico de la sociedad. Es de tanta importancia que la historia de la civilización depende en gran parte de la salud de la familia. De hecho, la historia mundial ha probado que los poderosos imperios y civilizaciones se desmoronan y se desintegran en proporción directa al debilitamiento de la familia.
Muchas tendencias modernas se oponen a la estabilidad de la familia, entendida por la unión entre un hombre y una mujer en santo matrimonio, que además esté abierto a la vida.
El padre Ed Broom, oblato de María Inmaculada, ofrece diez sugerencias concretas sobre cómo un esposo y una esposa pueden crecer en su amor por Dios, su amor mutuo, por sus hijos y su deseo ardiente de formar familias santas y ejemplares desde las que sus hijos puedan cruzar, como si fuera un puente, de la tierra al cielo.
De hecho, sin pautas claras, instrucción adecuada y educación constante, la formación de familias ejemplares y santas es muy difícil. Estas son 10 pequeñas ayudas que este sacerdote ofrece en Catholic Exchange:
1. Oración
Reza por tu cónyuge (así como por tu familia) diariamente. Ofrece la misa por tu cónyuge al menos dos veces al año: en su cumpleaños y en vuestro aniversario. Cuantas más, mejor. “Para el 25 aniversario de mi sacerdocio, mi madre hizo que se ofrecieran 25 misas por mis intenciones. Una Misa tiene más valor que el mundo entero. Es la Sangre Preciosa de Jesús ofrecida al Padre por la salvación del mundo”, explica el padre Ed Broom.
2. Perdón
Este sacerdote siempre ofrece un consejo cuando celebra un matrimonio, que utilicen mucho estas tres expresiones: “te quiero”, “perdóname” y “te perdono”.
3. Cuidado con la ira y el resentimiento
La Biblia lo advierte claramente. En Efesios 4, 26 San Pablo afirma: «Si os airáis, no pequéis; no se ponga el sol mientras estéis airados, ni deis ocasión al Diablo.»
Si se produce una discusión, desacuerdo o discordia entre los cónyuges es fundamental asegurarse de no irse a la cama enfadados el uno con el otro. Si no lo haces, la ira se convierte en resentimiento, frialdad y amargura, e incluso a veces en odio.
4. Un acto de bondad todos los días
Todas las noches antes de acostarse puedes planificar algún pequeño acto de caridad para hacer feliz a tu cónyuge al día siguiente.
5. Renueva tu luna de miel
“Como esposos hay que trabajar constantemente en las habilidades de comunicación. ¿Por qué no salir una vez al mes a un restaurante, dejando a los niños con una niñera, para que tengáis tiempo de conversar, compartir, organizarse y simplemente disfrutar de la compañía de los demás?”, recomienda este sacerdote.
6. El consejo de Fulton Sheen
Siempre es ocasión de recordar el libro del obispo Fulton Sheen Tres para casarse. ¿Quiénes son? ¡El esposo, la esposa y Dios! “Nunca podemos enfatizar lo suficiente la importancia de rezar juntos como pareja y como familia. Las palabras inmortales del Padre Patrick Peyton, el famoso sacerdote del Rosario, resuenan tan verdaderas…: ‘La familia que reza unida, permanece unida’”, agrega.
7. Elogios frecuentes
“Vivimos en un mundo con negativismo constante, críticas constantes, ataques tanto físicos como verbales. Debemos ir en la dirección opuesta: trata de ofrecer palabras y expresiones que elogien, señalando las buenas cualidades que están presentes en tu cónyuge. Qué fácil es que pase una excelente comida que el cónyuge ha estado preparando durante horas sin siquiera una palabra de reconocimiento. Qué fácil es para el marido estar trabajando día y noche, sudando y hasta sufriendo para pagar las facturas, y muy pocas veces escucha una palabra de cumplido. En una palabra, qué fácil es darse por sentado el uno al otro. Qué fácil es estar ciego ante el bien que el cónyuge está haciendo en el día a día”, señala Ed Broom.
8. Día de Retiro Familiar Mensual
¿Por qué no reservar una noche una vez al mes para recargar las baterías espirituales de toda la familia? ¿Cómo, podrías preguntar? Es sencillo: reservar un día/tarde con las algunas actividades espirituales y luego sociales.
Se puede empezar por confesar, rezar el Rosario e ir a misa todos juntos. Y después tras lo espiritual lo social: una buena comida, conversación y juegos en familia.
9. Reunión familiar una vez al mes
El padre Broom hace otra recomendación relacionada con el punto anterior: “Otra práctica que animo calurosamente, y que posiblemente podría realizarse en el contexto del retiro mensual sería una reunión familiar. Esto puede ser difícil, pero es muy eficaz para mantener la comunicación y el entendimiento en la unidad familiar. Aquí está el orden o el método quizás a seguir: oración, luego los padres comienzan felicitando a sus hijos por el bien que han hecho en el último mes. Luego, los padres preguntan humildemente a los niños qué creen que deberían cambiar los padres para mejorar su vida familiar. A continuación, los padres pueden intervenir y señalar áreas en las que sus hijos deben trabajar para mejorar en su vida personal y familiar. Esto requiere mucha humildad, honestidad y fortaleza, pero puede ser una herramienta muy eficaz para mejorar la comunicación y comprensión en la familia”.
10. Ser un buen samaritano con tu cónyuge y con otros
Jesús es el Buen Samaritano que levanta y ayuda al hombre que yace medio muerto al borde del camino. Sin embargo, el verdadero buen samaritano en este momento debe ser tanto el marido como la mujer, ambos cónyuges. En lugar de buscar siempre ser servido, ayudado, el centro de atención, sé tú el protagonista, el Buen Samaritano, esforzándote por ser de ayuda a tu cónyuge y demás familiares.
Artículo de hemeroteca publicado originalmente el 17 de agosto de 2022.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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