11/02/2025

11 de febrero – Virgen de Lourdes

Cada vez son menos los que tienen la suerte de conocer la vida de un pueblo. Yo me crié varios años con mi abuela y mi tío en un pueblo perdido en la geografía abulense. Allí aprendí a amar la naturaleza tal y como es, a contemplarla y a usarla adecuadamente. Tres verbos importantes relacionados con la primera lectura de hoy: amar, contemplar y usar.

—Amar, porque la creación entera es un acto de amor. No es lo primero que se descubre en nuestra experiencia vital. De hecho, de los tres verbos, es el último que saboreamos de forma consciente, pero el más importante, porque nos da el sentido de la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios. Ya lo dice el evangelista san Juan varias veces: Dios es amor. No dice «Dios ama» o «Dios tiene amor», sino que ES amor. Habla de la naturaleza del Señor, su intimidad más profunda. El primer paso para esa revelación de la intimidad del Corazón de Cristo ya está en el hecho de la creación: somos lo que somos porque hemos sido amados y hemos sido creados para amar, pues somos imagen de Dios amor. Y el resto de lo creado existe para darnos el hábitat apropiado para ese fin.

—Contemplar, porque la belleza ha sido creada para regocijo del ser humano, culmen de la creación. El oso panda no contempla los bambús. Se los zampa y ya está. La mantis religiosa ni se entera del entramado colorido de escamas que forman la inigualable belleza de las alas de una mariposa, portento cromático de la naturaleza. También se la zampa, y se acabó. En cambio, el ser humano, viendo la belleza de ese vegetal, lo utiliza de decoración. Y contemplando las alas de una mariposa con lente de aumento, se maravilla de semejante belleza, imitando así en catedrales vítreas el original de los lepidópteros.

—Usar, porque el Señor no sólo nos ha puesto en la creación, sino que quiere que la administremos. Dominando la creación, el hombre recibe el don de lo creado, lo ama, lo conoce y lo transforma para desarrollar las cualidades que el Señor ha puesto en el mundo y en el hombre. Pero con una condición: que use con conciencia de administrador, no con conciencia de propietario, y mucho menos de creador. Que use de lo creado buscando siempre el bien común, no el interés egoísta.

Todo está ya escrito en el Génesis. Fue el primer libro de ecología (de la buena, no de la ideológica, que es un gran tinglado a modo de chiringuito y pa la saca). Esa es la ecología que yo aprendí en el pueblo, de la gente sabia del campo, que luego profundicé de la mano de la biblia.

PD: celebramos hoy también la memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes y la jornada del enfermo. Ora pro nobis. Ora pro eis.