Los desastres naturales como el de la DANA de Valencia son traumas nada predecibles. En un instante nuestro hogar, nuestro entorno, puede sufrir daños o ser completamente destruidos y cambiar para siempre. Nuestras emociones entran en conflicto y nuestros comportamientos cambian. Del shock inicial se pasa a la rabia, la impotencia, el dolor y el desasosiego.
Mario Piera, psicólogo clínico y terapeuta gestalt, ofrece en el portal Archivalencia cinco pautas de auto cuidado ante una catástrofe:
1-Lo primero que nos aconseja es que «si sientes miedo, impotencia, rabia, tristeza, desolación o enfado no lo ocultes. Se trata de una reacción normal a lo que estamos viviendo». De igual manera nos invita a «hablarlo con personas allegadas que te escuchen. Canalizar expresando lo que sientes sin dañar ni física ni verbalmente a nadie y no participar en foros de disputa puesto que no te va a ser de ayuda».
2-Otra de las pautas que nos da Piera es la de «desconectar». Es necesaria una desconexión de los informativos, televisión, redes sociales o grupos de Whatsapp o Telegram. Es importante limitar el tiempo de exposición y utilizar canales verificados u oficiales de información. Por lo tanto no «reenviar» mensajes que puedan ser alarmistas y, ante todo, tratar de crear un buen ambiente.
3-«El tiempo para uno mismo también es importante». Es momento para agradecer, escucharse, sentir o relajarse. «Dedica unos minutos al día para relajarte y toma conciencia de cómo te encuentras y qué necesitas. Es momento para agradecer todo lo bueno que todavía tienes y aquello que vendrá» aunque, ahora mismo, todo parezca un abismo y por ello Mario Piera propone «verbalizar tres cosas positivas al día».
4-Otra de las tareas es el cuidado de familiares, amigos, vecinos…»es bueno ofrecerse para escuchar, hacer una llamada, mandar un mensaje de apoyo y solidaridad». Se trata de «estar atento a los más vulnerables, a quienes creen que pueden con todo, a los que están ayudando». De igual manera es necesario un descanso… y favorecer que otros también puedan tenerlo.
5- Y por último, si participas en algún tipo de voluntariado o de ayuda solidaria «protégete a ti mismo y admite tus límites. Regula las emociones con respiraciones lentas y comparte tus vivencias de forma relajada y pausada, no te guardes lo que has visto y sentido y, ante todo, distánciate si sientes que las imágenes, sonidos u olores te superan».
Mario Piera recuerda que «somos humanos, no héroes. Por tanto tenemos derecho a desmoronarnos, llorar y expresar nuestras emociones de forma adecuada». Igualmente destaca que «la espiritualidad es una dimensión del ser humano y este es el momento para fomentarla«. Porque «todo lo que estamos viviendo es extraordinario, así que no te juzgues y acepta tus límites y si necesitas ayuda en la gestión de tus vivencias, pide ayuda profesional».
«Esta tragedia de la DANA va a haber que afrontarla especialmente por fases. Esto es como cuando a alguien le dicen de pronto que su padre o madre ha muerto. Es la fase de shock, que va a durar unas semanas, en las que los afectados tienen que creer lo que les está pasando. Después ya vendrá una fase más de aceptación, de ver la realidad. De la aceptación puede venir la fase de depresión, de pensar qué dura es la vida. Ahí es cuando la persona tiene que comprender que sigue habiendo gente a su alrededor, que sigue teniendo a sus familiares, que merece la pena luchar. Este, lógicamente, es el momento en el que más podemos ayudar a reescribir la historia de esta tragedia, sí, una historia que es una tragedia, pero que forma parte de la vida que hay que vivir», expresa José Luis Guinot, presidente de la Asociación Viktor Frankl de Valencia en una entrevista en Ecclesia.
«Cuando hay una tragedia colectiva como esta hay algo que alivia bastante y es cómo, ante algo así, se dejan a un lado todas las polarizaciones, posturas, discrepancias… Casi todo el mundo saca lo mejor de sí y trata de ayudar. Eso alivia mucho, porque uno siente que importe», recalca a la vez que incide en el hecho de que «estamos ante la gran oportunidad que nos ofrecen estas tragedias para pararnos y tomar conciencia de para qué estoy aquí, cuál es el sentido de la vida. Es evidente que todo planteamiento religioso y con una fe profunda es ya una respuesta ante la vida. En mitad de la vida cotidiana, una tragedia límite hace enloquecer la realidad, pero estos fundamentos siguen valiendo incluso y muy especialmente en estas situaciones».
Ayuda psicológica en la Universidad Católica
La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha anunciado su servicio de atención psicológica gratuita a los afectados por la Dana, coordinado por la dirección de la Facultad de Psicología y del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria. La iniciativa está dirigida a todos los habitantes de las áreas damnificadas, especialmente a los estudiantes, profesores y personal de administración y servicios de la UCV.
Se puede solicitar por correo (atencionpsicologicadana2024@ucv.es) y por teléfono (627 358 770). Los psicólogos que atenderán a las personas que lo soliciten son profesionales en ejercicio que imparten docencia en la UCV, así como alumnos del Máster (psicólogos ya titulados) que están realizando prácticas. La decana de la Facultad de Psicología, Lola Grau, dirige esta iniciativa junto con la directora del máster en Psicología General Sanitaria, María José Jorques.
Además, la Capellanía de la Universidad ofrece un plan especial de acompañamiento espiritual a todos los miembros de la comunidad universitaria y familiares que lo requieran. Antes de cada salida de voluntarios (y salen muchos desde la Universidad) habrá un encuentro de oración de envío en la capilla de esta sede.
El capellán mayor, Vicente Ferrer, subraya el «papel fundamental» en las tareas de ayuda y voluntariado en los pueblos afectados de los capellanes de la UCV, «que no sólo arrimarán el hombro con todo lo que hay que hacer para ayudar, sino que atenderán espiritualmente a todo aquel que necesite hablar, llorar o expresar lo que siente». También el capellán avisa de que a nivel psicológico y espiritual «el problema va a venir después, cuando a la gente, que ahora está muy activa y arropada, le venga el bajón y se sienta sola».
Aunque las UCV retoma la actividad académica el lunes 11 de noviembre, los empleados más afectados pueden posponer su incorporación, solicitar ayudas, recibir asesoría o plantear formas de teletrabajo.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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