Se les considera generalmente irreverentes. También individualistas y emprendedores. Tienen muchos títulos pero les acaban sirviendo de poco. Son los primeros «nativos globales y digitales». El móvil ya no es solo una plataforma de conexión global, sino algo similar a una extensión de sí mismos. La generación Z, los nacidos de 1995 en adelante, comienza a adquirir protagonismo y viene cargada de condicionantes propios que también tienen sus derivadas a la hora de plantear la labor evangelizadora.
En el marco del XXV Congreso Católicos y Vida Pública, el Colegio San Pablo CEU de Sanchinarro ha cedido la palabra a jóvenes de esta generación en la sección juvenil del evento para arrojar datos concluyentes sobre el «desafío» de su evangelización.
La mañana de este sábado, decenas de alumnos se dieron cita junto a sus profesores y el experto Javier Segura Zariquiegui, delegado de enseñanza en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011. A lo largo de más de una década, ha mostrado con éxito como «conectar» con la generación Z, ya sea por su participación en proyectos multitudinarios como Viaje a Narnia o en otros de corte mediático y artístico, como el musical Skate Hero sobre Íñigo Echevarría, «el héroe del monopatín», que llegó hasta Got Talent.
Durante algo más de dos horas, se dio una interesante síntesis de la experiencia evangelizadora de Zariquiegui con la forma de ver la realidad religiosa por los jóvenes, la mayoría de 17 o 18 años.
Lo primero que quedó patentemente claro es la importancia de adaptarse y comprender su contexto y realidad: les apasiona Hakuna pero ninguna mano se levanta cuando les preguntan si saben qué es Acción Católica. Siguen a Trigo 13 y Grillex -no sabían que ahora se llama Estenez-, pero solo alguno participa en cofradías.
La secularización de la cultura también parece hacer mella. Al ser preguntados por qué son «los laicos» se levantan pocas manos. Solo un joven se atreve a responder, y no lo hizo mal, pero no el sentido que Zariquiegui esperaba: «Los que separaban la educación de la religión«.
También mostraron sinceramente su vivencia de la fe y una comprensión de la evangelización que, sin duda, ha cambiado. Para ellos, no se trata -al menos al principio- de transmitir el Evangelio de forma directa. Cuando les preguntaron por lo que ellos creían que debían ser las claves de la evangelización de su generación, fueron prácticamente unánimes las preferencias por «el ejemplo de vida» que por la «transmisión» de la Palabra.
«Es más hablarlo, vivirlo o que la gente lo vea», «si te preguntan hablas, pero no ir con la palabra por delante» o «dar testimonio con tu vida», respondieron.
Algunos de estos católicos de la generación Z también arrojaron interesantes respuestas que dieron que pensar: son plenamente conscientes del «ruido» que domina el día a día, pero también de cómo la Adoración al Santísimo se convierte en un potente elemento evangelizador y «protector» con el que «apagar ese ruido». Aún estando conectados «todo el día», su necesidad de hallar silencio y su confianza en la oración es manifiesta.
Javier Segura Zariquiegui, delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011.
Tras una exposición inicial de cómo han cambiado las generaciones desde la del «silencio» -que vivió de joven la II Guerra Mundial o la Guerra Civil española- hasta la Alfa -nacidos en torno a 2010- Zariquiegui y los jóvenes mantuvieron un productivo diálogo que arrojó decenas de conclusiones. Entre ellas, que evangelizar a «los Z» es, como rezaba el título del coloquio, «un reto», pero para el que hay esperanza y, sobre todo, abundantes herramientas. Sintetizamos algunas de ellas:
1º La adoración, pilar de la evangelización
En la inauguración del Congreso el 17 de noviembre, el nuncio apostólico Bernardito Auza se refirió al amor por la Eucaristía como una de las condiciones singulares de toda evangelización. En semejantes términos se expresó Zariquiegui cuando preguntó por la Adoración nocturna a un público mayormente atónito.
«¿Qué ha pasado para que algo que parecía que era de generaciones anteriores sea un método de evangelización potente y eficaz?», se preguntó. Una de las alumnas dio con la respuesta: «En esta generación hay ruido constante y buscamos apagarlo para la oración, en la adoración conectamos con Dios de una manera diferente». El especialista agregó: «La Adoración ha retornado por una necesidad vital ante la que nos ahogamos. Necesitamos ese silencio y experiencia. Hay una necesidad vital de jóvenes. Ha retornado algo que muchos dirían que era del pasado y, sin embargo, sintoniza«.
2º El grupo, lo institucional y las masas importan menos
Para los autores de informes y estudios sobre la generación Z, «el individualismo y el desencanto social» son rasgos definitorios de la misma, llegando al punto de definirse como «la generación más individualista que ha habido hasta ahora». Se trata de un elemento que también tiene derivadas en el comportamiento religioso y que conviene tener en cuenta a la hora de acercarse a ellos. Para Zariquiegui, eventos como las pascuas juveniles, con gran cantidad de asistentes y ligados al «sentimiento de Iglesia y necesidad de comunidad», son más complejos hoy o generan menos interés en una generación para la que «el grupo, lo institucional o el sentimiento de pertenencia» pierde importancia.
3º «Lo de siempre» funciona, y a veces es el pilar
Zariquiegui también apuntó una reflexión desafiante para los jóvenes de la generación Z al hablar de las cofradías, respondiendo a la pregunta de si algo que parece «de la Edad Media» y que fue rechazado por generaciones previas como la del Baby Boom podría servir para la evangelización a día de hoy. Su respuesta fue concluyente: Según sus estudios, «ahí donde se ha mantenido la religiosidad popular, la vivencia religiosa se ha mantenido mucho más que en los lugares donde se esta se ha eliminado».
4º Dar con las puertas de entrada adecuadas
El invitado y moderador del coloquio destacó la importancia de dar con las «puertas de entrada» correctas a la hora de enfrentar un nuevo joven al que evangelizar.
En el caso de las peregrinaciones, a lo largo de las últimas tres generaciones, mencionó que han pasado de ser consideradas como algo «medieval» a ser «una potente herramienta de evangelización«.
Entre otras razones, como la de «tocar elementos humanos y vivenciales que las hacen siempre actuales«, Zariquiegui encuentra la explicación de dar con la «puerta de entrada» adecuada, que hoy podría ser la vivencia y goce de la naturaleza. «Lo que antes sintonizaba en el tema misionero al hablar con los jóvenes del compromiso, sucede hoy de forma similar con la globalización y las peregrinaciones, también al plantear la posibilidad de conocer nuevos países y lugares».
Recuerda otra ocasión, siendo un joven profesor, cuando tratando de captar la atención misionera de sus alumnos, les hablaba de la solidaridad y veía como el contenido les empezaba a resultar «abstracto«. Entonces invitó a una conocida que era, junto a su hermano, la única persona del mundo que padecía una agresiva enfermedad degenerativa. «Nunca vi tal silencio en la clase. Ella les habló de algo que nunca había hablado yo, el sufrimiento. Veía la cara de todos y descubrí la cantidad de heridas que tenían. Ella entró por otra puerta distinta a la solidaridad y sintonizó. Y es lo que tenemos que ver hoy, qué puertas abrir y por las que entrar para evangelizar a cada generación».
5º Presentar a Cristo como salvador
Una de las claves que aportó Zariquiegui para evangelizar a la generación Z es que «debemos explicar lo más esencial, seguir presentando a Cristo como salvador». Eso y «no perdernos en florituras, de ahí la importancia novedosa y actual de la oración y los sacramentos». En su opinión, la fórmula que sea «puede variar», pero «el objetivo no hay que perderlo nunca: cuando pones a una persona en contacto con Dios hay una revolución».
6º Evangelizar «a toda la persona»
Según el ponente invitado, la actual «sociedad emotivista» nos deja «indefensos». Frente al sentimentalismo que «mueve de un sitio para otro», destacó la importancia de «formar bien» en el proceso: «Si quieres evangelizar, tienes que hacerlo a toda la persona, corazón, mente, voluntad y sentimientos, todo debe ser evangelizado». En este sentido, llamó a los jóvenes presentes a «no conformarse con un sentimiento bonito» y ser conscientes de que «los sentimientos van y vienen, no cimentan. La fe abarca a toda la persona».
7º Seguir a Cristo radicalmente
Zariquiegui se despidió de los jóvenes con un mensaje de ánimo y aliento, convirtiéndoles en protagonistas del cambio: «Habrá evangelización en el mundo de hoy si hay jóvenes que siguen a Cristo, que arriesguen, que quemen las naves y crucen la línea, normales y no raros pero que den un `Sí´ radical a Cristo. Entonces sí habrá una nueva evangelización».
Testimonio de Juan Ayuso, integrante del musical Skate Hero, sobre las últimas horas de vida de Ignacio Echevarría -el héroe del monopatín- que llegó a Got Talent, momento que fue reproducido durante el Congreso.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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