Desde hace algunos meses, el periodista Álex Navajas, con amplia experiencia en prensa, radio y televisión, y también en cargos de gestión y comunicación, es el responsable de la sección de Religión de El Debate.
Con ese motivo, Sara de la Torre le entrevistó en Alfa y Omega, donde Navajas afirma que en su recorrido profesional ha actuado siempre «tratando de servir» y con un sentido providencial: «Dios me ha ido poniendo en cada sitio».
Ni complejos ni simpatía forzada
Con el bagaje que da haber pasado por formatos tan diversos como La Razón, Radio María, Intereconomía TV o ahora El Debate, y trabajando desde la información religiosa a la política, Navajas afirma que en el periodismo católico «nos la jugamos en no ser aburridos ni melifluos: «Yo quiero un periodismo profesional, lanzado, sin complejos, que viva los valores del Evangelio, especialmente la caridad, que busque la verdad y la proponga… No podemos ser ñoños a la hora de hablar de Dios. Hay muchos que para hablar de Él piensan que tienen que ponerse melosos, y eso no tiene sentido».
Álex cree que en España se hace «buen periodismo» religioso, pero también hay errores que evitar: «No podemos caer en el miedo, en los complejos o en dar una versión falsa de nosotros mismos. No podemos ser simpáticos y caer bien al mundo de un modo artificial».
La información burocrática y oficial no se lee
Y, en ocasiones, los medios católicos lo hacemos «tan aburrido que no atrae». No le duelen prendas en señalar: «Algunas campañas publicitarias institucionales de la Iglesia las podrían hacer mejor críos de 12 años. No podemos sacar productos sin gancho y con un lenguaje anticuado, porque están condenados a llegar a una minoría. En información religiosa no podemos ofrecer artículos sin atractivo y sin trascendencia, dirigidos a un público de hace sesenta años».
¿Cuál es el camino? «prender de algunos profesionales que también están en la Iglesia y que entienden muy bien el lenguaje actual haciendo cosas muy rompedoras«.
Uno de los factores que destaca Navajas en el ámbito informativo digital es que permite un conocimiento de la audiencia muy preciso y en tiempo real: cuánto se lee cada noticia, desde dónde, a qué horas, con qué grado de interés… Eso permite a los medios religiosos -como a cualesquiera otros- saber muy bien qué interesa a sus lectores.
«La información religiosa oficial y burocrática es la que menos se lee«, apunta Navajas: «Gustan más las historias humanas y más elaboradas, con un buen titular y una buena foto. Yo siempre digo a los becarios que si se aburren escribiendo una noticia lo más seguro es que el lector se aburra todavía más. Tenemos que tratar de escribir sobre temas apasionantes y los más grises hacerlos más atractivos».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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