16/11/2024

Alfredo Fernández: «Se acabaron los tiempos en los que las llamadas de El País cuadraban a todos»

La mañana de este sábado, diversos medios de comunicación se hacían eco de un artículo de Íñigo Domínguez de El País en el que se cuestionaba la ética periodística de Alfredo Fernández: como portavoz del colectivo Sergio Gámez, es el máximo responsable de sacar a la luz las inconsistencias de los informes de abusos sexuales en la Iglesia elaborados por el diario de Prisa a través de una denuncia falsa que fue recogida en el informe.

Como ya publicamos en Religión en Libertad el pasado 23 de noviembre, Sergio Gámez sería el nombre ficticio de una víctima falsa de abusos, con un caso inventado, que habría sido enviado tanto a El País como a la Unidad de Atención a Víctimas del defensor del Pueblo por el mismo Fernández. Gámez sería una falsa entre las 487 víctimas recogidas por Gabilondo. Y podría haber más, pues verificar las noticias publicadas por El País sobre los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia sería la única razón de existir para el Colectivo Sergio Gámez.  

Las acusaciones: «Hacerse pasar por un niño abusado es `muy de su estilo´»

El objetivo de la llamada «Operación bollycao» no era otro que «comprobar si las sospechas sobre el modus operandi de las investigaciones eran ciertas, descubrir qué víctimas del informe lo son «de verdad» y, de paso, mostrar que la elevación de la cuestión de los abusos a asunto de Estado se trata de una «campaña ideológica en la que no importaban las víctimas, sino denostar a la Iglesia».

El País respondía en su artículo de este sábado detallando cómo Fernández -con extensa información personal ad hoc- y su equipo serían los responsables de «urdir» el «complot» y «trama de desprestigio» a El País.

Tras consultas del diario al Opus Dei -al que pertenece Fernández- y al Ayuntamiento de Pozuelo -donde trabaja-, el portavoz del Colectivo Sergio Gámez no solo parece estar solo. También se concluye que «su actitud hacerse pasar por un niño abusado» es, según las fuentes consultadas por el mismo diario, «muy de su estilo«.

«Ignoraban a las víctimas si el agresor no era católico»

El Colectivo Sergio Gámez no recula. De hecho, en un comunicado enviado a los medios, la organización no se amedrenta y anuncia que «se acabaron los tiempos en los que las llamadas de El País cuadraban a todos«.

En un primer comunicado, el equipo de Fernández proponía un «órdago a la grande» al afirmar que disponen de «más casos» como el de Gámez. En un texto que parece dispuesto «a todo», se dirigen tanto al periodista de El País como al Defensor del Pueblo Gabilondo para recordar que están «preparados para aceptar cualquier desafío».

«Retadnos públicamente si pensáis que no tenemos más escándalos: esperábamos a Cremades y su informe, pero a lo mejor nos convencéis de cambiar el calendario y probar aperitivos antes de los entrantes», se lee en la nota.

La presentación de víctimas falsas en el informe no es la única acusación de Gámez a El País.

«Contad a vuestros lectores, antes de que lo hagamos nosotros, cómo ignorabais los correos de las víctimas cuando su agresor no era católico«, advierte el colectivo.

«Muy preocupado por si salen más casos: `¿Vais a parar?´»

En otro de los textos hechos públicos este sábado por el Colectivo Sergio Gámez, el mismo Alfredo Fernández relataba con todo lujo de detalle la conversación mantenida con Íñigo Domínguez, periodista de El País y autor del artículo difamatorio.

Una conversación en la que Domínguez no solo le acusó de pertenecer al Opus Dei, sino que incluso el mismo Fernández llegó a sentirse «amenazado» cuando el periodista mencionó la posibilidad de que hubiese trabajado el falso abuso durante su horario laboral.

Lo que más llamó la atención del Fernández de la conversación fue que el periodista «se muestra muy preocupado por si saldrán más casos de abusos inventados y publicados en El País».

«Le veo intranquilo por esta cuestión. Compruebo que tiene muy estudiada toda la información que ha salido sobre el tema en todos los medios de comunicación religiosos de España, y alguno extranjero. Se lo ha leído todo. Y no hace más que preguntarme: `¿Vais a parar?´», detalla  Fernández.

Entre otros aspectos de mala praxis, Fernández menciona cómo el periodista admite únicamente «informar que la institución -los escolapios- lo está investigando [el falso abuso]». Pero «omite que él es el que se ha dirigido primero a la institución para contarle que tiene un caso y que lo investigue. A continuación, publica la noticia de que la institución lo está investigando».

«No trabajan a favor de las víctimas»

Fernández incide en que su finalidad es ante todo la de defender a la Iglesia de una campaña que busca «denostarla», pues El País «no contrasta» sus fuentes y su información en casos «tan sangrantes y serios como son los abusos sexuales. Me pregunta que por qué digo que esto es una cuestión ideológica y le contesto que lo es porque ellos solo están interesados en un pequeño porcentaje de los abusos sexuales que se cometen en España, obviando los que no proceden del ámbito eclesial«.

«Le  explico que lo hemos hecho para desenmascarar su campaña ideológica. Ellos no trabajan a favor de las víctimas, sino para su propio ego personal. Que si trabajaran por las víctimas se habrían esforzado en que no se les colara ningún caso falso. Lo que ellos quieren es denostar a la Iglesia, y ese es el motivo por el que hemos realizado esta auditoría a El País«, agrega Fernández.

El portavoz del Colectivo Sergio Gámez concluye refiriendo al periodista de El País al Libro de estilo, «que plantean como un contrato que tienen con los lectores» pero que «incumplen por lo menos en lo referente a la información sobre abusos sexuales en España».

La actitud de El País, concluye el comunicado, «no hace más que confirmarnos, a mí y al equipo, que estamos desenmascarando las falsedades de este periódico, que vamos por el buen camino«.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»