Amelio Castro es un deportista paralímpico, colombiano de Cali, esgrimista en silla de ruedas, que ha participado en Roma en el «Sínodo de los Deportistas», un encuentro de atletas que se ha celebrado coincidiendo con el Sínodo de la Sinodalidad.
Amelio tiene una historia de fe y superación. Su madre murió cuando él tenía 16 años. Cuatro años después, con 20 años, él quedó en silla de ruedas en un accidente de tráfico. Él lo considera hoy «una fortuna», dice, porque esas cosas tan duras al final le acercaron a Dios.
«Me siento afortunado porque quizás muchas otras personas habían podido rendirse, pero gracias a la voluntad de Dios y a su gracia que desde el primer día en que llegué al hospital me ha acompañado he podido superar cada una de esas difíciles situaciones», explica a Radio Vaticana.
Su historia incluye el sentirse abandonado por parte de su familia y la experiencia dura de emigrar a Italia sin conocer a nadie allí. Pero él siempre se apoyó en Dios.
«Yo soy muy creyente en la Biblia. Uso la palabra ‘proceso’. Cuanto más leo la Biblia más veo que todos los hombres en la Biblia fueron procesados, ¿no?», comenta.
Así, las dificultades son parte de un proceso, dice, y eso incluye dejar atrás cosas que «no aportan al proceso que Dios quiere hacer contigo».
Consejos para jóvenes y vivir bien
A los jóvenes les aconseja «no dejarse involucrar tanto por el mundo, buscar un poco en la fe en Dios, sobre todo encontrar su pasión. Yo creo que una vez conoces tu pasión y la sigues no te equivocarás nunca porque esa fuerza y esa ganas de quedar alcanzarla te permitirán siempre perseverar».
Para ser campeón paralímpico, o para simplemente vivir el día a día con sus dificultades, él anima a «vivir una vida correcta».
También recomienda a los jóvenes que «se frustran por una pequeña situación que no saben afrontar» que escuchen a los que han vivido dificultades más, como es el caso de su ejemplo. A él le gusta hablar con personas «enredadas en sus problemas» y ver cómo puede ayudarlas a superarlos.
Su paso por París 2024
Inicialmente, tras su accidente, Amelio probó el baloncesto en silla, pero no le sedujo. En cambio, en 2017 se enamoró de la esgrima en silla de ruedas.
Amelio Castro ha competido en París 2024 en sus primeros juegos paralímpicos, pero no por Italia ni por Colombia, sino como miembro del Equipo Paralímpico de Refugiados, que contaba con 8 representantes.
Compitió en la prueba de sable masculino, categoría B. Aunque perdió en octavos de final ante el polaco Adrián Castro por 15-3, logró una victoria en el combate de repesca contra el ucraniano Anton Datsko. En la modalidad de espada, venció al húngaro Istvan Tarjanyi, pero sucumbió contra el brasileño Jovane Sostén y el chino Daoliang Hu, culminando su participación en los Juegos con los aplausos del público.
Huyendo de las amenazas
Huyó de Colombia porque recibía amenazas de criminales y llegó a Italia en 2022.
«Cuando llegué a Italia, me sentí como si estuviera en la oscuridad. Era difícil como migrante encontrar un lugar para entrenar, comer adecuadamente y tener el descanso óptimo que requiere un atleta de alto rendimiento. Además, estaba solo. Después conocí a Daniele Pantoni, que desde el primer día ha estado a mi lado ayudándome a entrenar y asistiéndome en todas mis necesidades», relata.
Tras obtener asilo político, inicialmente no podía competir en competiciones internacionales. Sin embargo, gracias al Equipo Paralímpico de Refugiados, pudo participar nuevamente en eventos alrededor del mundo. En Italia, está desarrollando su carrera como deportista y entrenando con los mejores miembros de la ‘Fiamme Oro’, el grupo deportivo de la policía nacional italiana.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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