Una familia alemana que ha vivido en los Estados Unidos durante más de una década después de abandonar su país de origen para educar legalmente en el hogar a sus hijos, enfrenta la posibilidad de deportación el próximo mes. La deportación, en todo caso, afectaría solo a parte de la familia, pues algunos de los hijos ya se han casado con norteamericanos y las dos menores nacieron allí
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