Tercer domingo de Adviento, también llamado «gaudete», y 87 cumpleaños del Papa Francisco. El Santo Padre aprovechó el rezo del Ángelus desde el balcón del Palacio Apostólico para reflexionar sobre el Evangelio, que habla de la misión de Juan Bautista, señalándolo como profeta enviado por Dios para «dar testimonio de la luz».
«El Bautista es ciertamente un hombre extraordinario. La gente acude a escucharle atraída por su forma de ser, coherente y sincera», ha dicho el Papa. Además, ha explicado que la franqueza de su lenguaje, la honestidad de su comportamiento y la austeridad de su vida le diferencia de otros personajes famosos y poderosos de la época, que invertían mucho en la apariencia.
Voz que acompaña a la Palabra
«Personas como él, rectas, libres y valientes, son figuras luminosas, fascinantes: nos inspiran a salir de la mediocridad y a ser a su vez modelos de buena vida para los demás». El Papa ha explicado que el Señor envía hombres así en todas las épocas y hace reflexionar: «¿Sabemos reconocerlos? ¿Intentamos aprender de su testimonio, cuestionándonos incluso a nosotros mismos? ¿O nos dejamos encantar por personajes de moda?».
Juan es luminoso porque da testimonio de la luz, pero, ¿cuál es su luz? Francisco recuerda que Juan no es la luz ni tampoco el Mesías, pues la luz es Jesús, el Cordero de Dios y sólo Él redime, libera, cura e ilumina. «Por eso Juan es una ‘voz’ que acompaña a los hermanos a la Palabra; sirve, sin buscar honores ni protagonismo: es una lámpara, mientras que la luz es Cristo».
Francisco señala dos cosas que enseña Juan Bautista: «En primer lugar, que no podemos salvarnos a nosotros mismos: sólo en Dios encontramos la luz de la vida. En segundo lugar, que cada uno de nosotros, con el servicio, la coherencia, la humildad, con el testimonio de vida -siempre con la gracia de Dios- puede ser una lámpara que brilla y ayudar a los demás a encontrar el camino para encontrarse con Jesús».
Puedes ver aquí integro el Ángelus del Papa.
El Papa ha animado a preguntarse: «¿cómo puedo yo, en los ambientes en los que vivo, no un día lejano, sino ya ahora, en esta Navidad, ser un testigo de luz, un testigo de Cristo? ¿Cómo puedo, en los múltiples encuentros, en las conversaciones, en las celebraciones de los próximos días, dar testimonio de ‘la luz verdadera’, es decir, del Señor Jesús, que brilla en mi vida, para que también los demás lo conozcan y se alegren en Él?«.
Recuerdo a las víctimas de Gaza
«Sigo recibiendo de Gaza noticias muy graves y dolorosas. Civiles inermes son objeto de bombardeos y de disparos, incluso en el interior del complejo parroquial de la Sagrada Familia, donde no hay terroristas, sino familias, niños, personas enfermas y discapacitadas y religiosas», comentó el Papa en el momento de los saludos.
«Una mujer, Narma Khalil Anton y su hija Samara han sido asesinadas y otras personas han sido heridas por francotiradores, mientras iban al baño. Ha sido atacada la casa de las hermanas de la Madre Teresa y alcanzado su generador«.
«Algunos dicen es el terrorismo y la guerra. Sí, es la guerra y el terrorismo. Por eso, la Escritura dice que Dios hace cesar las guerras, destruye los arcos y rompe las lanzas. Recemos al Señor por la paz», concluyó el Papa.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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