La ministra de Igualdad, Ana Redondo, visitó este miércoles a petición propia la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en Madrid, donde se entrevistó con el presidente de los obispos españoles, Luis Argüello, arzobispo de Valladolid, durante una hora y veinte minutos. Se da la circunstancia de que tanto la ministra como el arzobispo son de Valladolid.
La ministra llegó en el coche oficial a las 9.30. A la entrada la esperaban el presidente de la CEE, Luis Argüello, el vicesecretario para asuntos generales, Carlos López Segovia, y miembros de la oficina de comunicación de los obispos.
Reunión larga, transmitir cordialidad
La agenda oficial de la ministra anunciaba su intención de llegar a las 10.30 al Pleno del Congreso de los Diputados, como si esperara una reunión muy breve. Pero la ministra no salió del edificio de los obispos hasta las 10:50, por lo que la reunión fue más larga de lo esperado.
Ni la ministra ni el presidente de los obispos han hecho declaraciones a los medios que esperaban a las puertas del lugar. La ministra salía con una gran bolsa dorada con un presente que le han ofrecido los obispos. Le acompañaban para despedirla el arzobispo Argüello, con una breve conversación y una despedida cordial. También la foto difundida por el Ministerio de Igualdad con Argüello y la ministra departiendo sonrientes buscaba transmitir cordialidad.
Todos estos indicios parecen señalar que la «actividad» del Ministerio de Interior respecto a supuestas «terapias gays» se va a desvanecer como una pompa de jabón.
La injerencia de partido y Gobierno sobre ¡los sacramentos!
Durante 2 semanas el Ministerio de Igualdad y el Partido Socialista han acumulado gestos de injerencia en temas religiosos y sacramentales: la ministra protestó porque se retira la comunión a homosexuales que viven en pecado público(también se retira a heterosexuales que viven en pecado), o por los testimonios de conversión de homosexuales a una vida de fe y castidad (el apostolado Transformados que ha denunciado un abogado de un lobby gay).
[Lee en ReL: El Gobierno se mete en cómo administrar los sacramentos: recogen firmas contra una nueva injerencia]
Todo empezó con la protesta de un veterano periodista, activista del PSOE de la provincia de Segovia, que además es alcalde en un pueblecito y responsable de varias actividades parroquiales. Se quejaba de que el nuevo párroco no le deja comulgar por vivir en pecado público y sostenido con otro hombre. Tanto la diócesis de Segovia como otros obispos han dado la razón al sacerdote y no al periodista político gay.
Pero la Ministra, como tantos otros expertos juristas, probablemente sabe que ninguna de esas cosas tienen un recorrido jurídico viable y parece que cualquier manifestación airada por parte de los políticos puede verse como un teatrillo por parte del PSOE para atraer voto de extrema izquierda anticatólica o de activistas LGTB (sustrayéndoselo a su socio y rival Sumar, partido cada vez más debilitado).
En la práctica, las sonrisas y amabilidad del arzobispo tras la reunión sugerirían que, más allá de las declaraciones de la ministra, el Ministerio no va a hacer nada o casi nada, y estos temas no tienen recorrido judicial.
Ana Redondo, socialista y profesora de Derecho Constitucional, que desde noviembre de 2023 es la ministra de Igualdad, se reunió hace unos días con el abogado y activista de ideología LGTB Saúl Castro y emitió una nota de prensa asegurando que «el Ministerio va a analizar el contenido de la denuncia para estudiar las acciones a impulsar en el marco de sus competencias». Lo anunció con despliegue de medios Televisión Española.
La ministra de Igualdad Ana Redondo recibió en el Ministerio el 15 de enero al abogado y activista LGTB Saul Castro que le habló de supuestas terapias.
Una ley gay para multar… pero no es tan fácil
El Ministerio recordó la peculiar Ley española de 2023 , del Gobierno de Pedro Sánchez y sus aliados, que en todo el país prohíbe «la práctica de métodos, programas y terapias de aversión, conversión o contracondicionamiento, en cualquier forma, destinados a modificar la orientación o identidad sexual o la expresión de género de las personas, incluso si cuentan con el consentimiento de la persona interesada o de su representante legal».
Pero la ley no menciona la oración o la castidad, y la Iglesia siempre puede decir que tal o cual apostolado no hace » terapias de aversión, conversión o contracondicionamiento» sino que sólo acompaña a las personas para tener una vida cristiana, es decir, viviendo la castidad, evitando la fornicación y creciendo en las virtudes y la relación con Cristo.
Aún se ha conseguido multar a nadie en España con la ley gay-trans de 2023. Sí ha habido algunas multas con las leyes autonómicas del mismo tema, pero casi siempre en casos de «utilización o emisión de expresiones vejatorias», con personas muy agresivas que recurren a groserías injuriantes, insultos reiterados o violencia física acompañada de insultos contra personas homosexuales.
Lea nuestra sección: Homosexuales que dejan de serlo.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
More Stories
Mons. Argüello explica al Gobierno que «Transformados» es un instrumento de conversión a Cristo
Francisco: María es la obra maestra de Dios
Corriente Social Cristiana critica la ley de control de jueces porque degrada el Estado de Derecho