14/11/2024

Audiencia del Papa: habla de lujuria y sexualidad, y del ataque iraní con misiles a Kurdistán

Como siempre en las audiencias de los miércoles, tras una catequesis de tema bíblico o moral, el Papa comenta algunos aspectos de actualidad. La catequesis este miércoles la ha dedicado al vicio de la lujuria (la semana pasada habló de la gula), mientras que en sus comentarios de actualidad ha recordado la guerra de Gaza, la de Ucrania y un nuevo suceso, un bombardeo de Irán contra la ciudad de Erbil (en el Kurdistán iraquí, donde hay muchos católicos, incluso una universidad católica de nueva creación) que ha causado varios muertos, todos civiles.

Enamorarse es algo bueno; la lujuria, no

«En el cristianismo no se condena el instinto sexual», dijo el Papa. «Un libro de la Biblia, el Cantar de los Cantares, es un maravilloso poema de amor entre dos parejas de novios. Sin embargo, esta hermosa dimensión de nuestra humanidad no está exenta de peligros», advirtió.

San Pablo en la Carta a los Corintios advierte sobre el «manejo malsano» de la sexualidad. El enamoramiento, dijo el Papa, puede ser «una experiencia demoledora», como recogen las historias atormentadas de «las canciones que oímos por la radio».

«Si no está contaminado por el vicio, el enamoramiento es uno de los sentimientos más puros. Una persona enamorada se vuelve generosa, disfruta haciendo regalos, escribe cartas y poemas. Deja de pensar en sí mismo para proyectarse completamente hacia el otro. Y si le preguntas a una persona enamorada para qué ama, no encontrará respuesta: en muchos sentidos, el suyo es un amor incondicional, sin motivo», señaló el Pontífice.

Pero el enamorado puede hacerse ingenuo, idealizar las cosas, hacer promesas sin sopesar. El enamoramiento es «un jardín» donde «se multiplican maravillas que, sin embargo, no está a salvo del mal».

Igual que en el Edén, que era bueno, se escondía el demonio, en el enamoramiento, que es bueno, se esconde «el demonio de la lujuria», «un vicio odioso», que daña las relaciones, que lleva a «relaciones tóxicas, de posesión, carentes de respeto».

Conocer y amar al otro, no «consumir de prisa»

Dijo el Papa que la castidad no es abstinencia sexual, sino voluntad de no poseer al otro, porque amar es respetar al otro y buscar su felicidad, tener empatía por sus sentimientos, conocer el cuerpo, psique y alma del otro y apreciar su belleza.

La lujuria “se burla”, “saquea, roba, consume de prisa”, sin pensar en el otro sino en su propia necesidad y placer. Para la lujuria cortejar es aburrido, «no busca esa síntesis entre razón, pulsión y sentimiento que nos ayudaría a conducir sabiamente la existencia».

«El lujurioso sólo busca atajos: no comprende que el camino del amor debe recorrerse lentamente, y esta paciencia, lejos de ser sinónimo de aburrimiento, nos permite hacer felices nuestras relaciones amorosas», insistió el Pontífice.

Además, la sexualidad tiene en el hombre una voz poderosa que debe disciplinarse con paciencia para evitar la lujuria. La sexualidad debería ser la danza amorosa de los enamorados, pero con la lujuria es una cadena que esclaviza y quita libertad.

Pornografía y cosificación

El Papa habló también de la pornografía, que socava incluso el poder sexual, que aporta «satisfacción sin relación» y pronto genera adicción. Por eso pidió «defender el amor, el amor del corazón, de la mente, del cuerpo», amor de entrega al otro, evitando la «cosificación» del otro. esta batalla contra la lujuria, admitió, puede ser un esfuerzo de toda una vida.

Y de fondo está la belleza del verdadero amor, «que nos hace creer que construir juntos una historia es mejor que lanzarse a la aventura, cultivar la ternura es mejor que doblegarse ante el demonio de la posesión, servir es mejor que conquistar. Porque si no hay amor, la vida es triste soledad», concluyó.

Habló también de San Antonio Abad, cuya memoria litúrgica se celebra hoy, que animaba a la «lucha espiritual contra los demonios y el pecado» que es «indispensable para crecer en la santidad».

Gaza, Ucrania, y el bombardeo contra Erbil

Al repasar los puntos del mundo por los que reza y que inquietan su corazón, el Papa mencionó «los países que están en guerra, no olvidemos Ucrania, no olvidemos Palestina, Israel, no olvidemos a los habitantes de la Franja de Gaza que tanto están sufriendo. Recemos por tantas víctimas de la guerra, tantas víctimas».

Además, hizo mención a un ataque con misiles contra Erbil, en el Kurdistán iraquí, que ha causado víctimas civiles. «Las buenas acciones entre vecinos no se construyen con tales acciones, sino con el diálogo y la colaboración», añadió. Invitó a «evitar cualquier paso que aumente la tensión en Oriente Medio y en otros escenarios bélicos». Dirigiéndose a los fieles de lengua árabe, Francisco los bendijo en la audiencia general, exhortándoles a caminar «por la senda del amor que Jesús recorrió hasta la cruz».

El contexto es el de los bombardeos israelíes también sobre el sur de Líbano a las zonas controladas por Hezbolá, milicia financiada por Irán. Además, el ataque contra Erbil lo ha reivindicado Irán asegurando que así ha «atacado y destruido una de las principales sedes del espionaje del régimen sionista (Mossad)». Pero la ONG Hengaw Organisation for Human Rights detalla que los muertos son, al menos, cinco civiles, entre ellos una niña de once meses, mientras que varios otros niños resultaron heridos.

Unidad de los cristianos, con creatividad y ejemplo de amor

Por último, el Papa recordó que se inicia la semana por la unidad de los cristianos, y pidió orar para que «los cristianos alcancen la plena unidad». En el saludo en portugués, animó a buscar caminos de unidad: «La creatividad para hacerlo la sacamos siempre del Evangelio», propuso. Pidió además a los cristianos un testimonio unánime de amor hacia todos, especialmente hacia los más frágiles.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»