Cuando todo mal, todo puede ir a peor, dice un dicho popular. Una frase terriblemente desesperanzadora que, por desgracia, encarna muy bien lo que vive Haití en los últimos años y, en especial, en las últimas semanas. Un auténtico Estado fallido en el que las bandas se han hecho dueñas de gran parte del territorio.
El Seminario Menor de San Marcial, dirigido por los misioneros espiritanos en Puerto Príncipe, capital de Haití, fue atacado hace unos días por bandidos armados que treparon por las paredes del edificio, según informa Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Temor a que vuelvan
Después de someter a los guardias, los delincuentes se dedicaron a destruir y robar todo lo que encontraron a su paso. Durante más de seis horas, los religiosos y los miembros del personal tuvieron que esconderse en el interior de uno de los edificios.
«Durante más de seis horas, los bandidos continuaron saqueando, quemando y robando. Finalmente, los religiosos y los miembros del personal lograron escapar. Algunos de ellos se refugiaron en la casa de formación, a 30 minutos a pie del seminario, y otros en las calles, o en la catedral, al lado de la escuela», dijo el provincial de los espiritanos.
«No hubo víctimas físicas del ataque, pero los daños materiales son considerables: cuatro coches quemados, otros vandalizados, las oficinas de la escuela incendiadas, la oficina del director saqueada, al igual que la residencia de la comunidad y el resto de la escuela», añadió.
Neveras, paneles solares, baterías, un sistema de purificación de agua, colchones y equipos informáticos… todo robado. La valiosa biblioteca, sin embargo, quedó intacta, aunque se teme que los bandidos puedan regresar para causar más daños.
«Es probable que haya más asaltos en las próximas horas o días, a menos que la escuela esté protegida de alguna manera. Estamos devastados y seguimos muy preocupados por el continuo empeoramiento de la situación en nuestro país. Agradecemos su apoyo fraterno a través de pensamientos y oraciones», agregó el provincial.
Las bandas armadas se han apoderado de la capital Puerto Príncipe. Y, a pesar de que se sigue prestando servicios a los más necesitados, la Iglesia no se ha librado de la violencia de las bandas, que han atacado sus bienes y secuestrado a religiosos.
Además, un obispo resultó gravemente herido en una explosión. El Papa Francisco también ha expresado su preocupación, en su mensaje del Domingo de Pascua, el 31 de marzo, donde pidió «solidaridad internacional» con el país caribeño.
«Las bandas cada día están más armadas y son más feroces, estamos atrincherados dentro del hospital, con la esperanza de que no nos ataquen. No podemos salir a comprar comida o medicinas para las personas que acogemos, niños discapacitados, enfermos, familiares de los hospitalizados y el personal médico y de enfermería», comenta a la Agencia Fides el padre Erwan, misionero de los Ministros de los Enfermos Camilos.
«Nos permitieron salir una sola vez con la ambulancia para comprar 30 bombonas de oxígeno para los pacientes ingresados y para las intervenciones quirúrgicas. La situación es cada día más peligrosa«, subraya el camilo.
Según la ONU, el número de víctimas de la violencia en Haití aumentó considerablemente en 2023, en relación a los años anteriores, con 4451 personas muertas y 1668 heridas. En los primeros tres meses de 2024, se contabilizan ya 1554 asesinados y 826 heridos (según lo recopilado hasta el 22 de marzo).
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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