Hace unas fechas, terroristas islamistas impusieron a los cristianos de Débé, un pueblo del noroeste de Burkina Faso, un ultimátum de 72 horas para que abandonaran su aldea. «Nunca antes había sucedido algo así; hasta entonces, siempre se había expulsado a todo el pueblo y no sólo a los seguidores de una religión concreta», ha explicado Mons. Prosper Bonaventure Ky, obispo de la diócesis de Dédougou.
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