Domenico Battaglia, arzobispo de Nápoles, será creado cardenal por Francisco el próximo 7 de diciembre, junto a otros veinte cardenales en el Consistorio. Lo curioso es que no le tocaba ser cardenal, pero la renuncia del obispo de Indonesia, Paskalis Syukur, lo cambió todo.
El prelado pidió expresamente el pasado 22 de octubre no ser creado cardenal bajo la razón de que «deseaba crecer aún más en su vida sacerdotal, en su servicio a la Iglesia y al pueblo de Dios», tal y como informó el director de la Oficina de Prensa de Santa Sede, Matteo Bruni.
Monseñor Suykur, un fraile menor de 62 años, que dirige la diócesis de Bogor desde 2013 y es también secretario de la Conferencia Episcopal Indonesia, se habría convertido en el primer cardenal de Flores, la isla considerada el corazón del catolicismo indonesio. Cuando se anunció su nombramiento, que fue una sorpresa, todos en la comunidad local ya habían destacado la gran sencillez de este obispo.
Con la dimisión de Suykur, quedaron tres cardenales en la historia de la Iglesia católica indonesia: el primero fue Justinus Darmojuwono, arzobispo de Semarang, que recibió la púrpura de manos de Pablo VI en 1967 y murió en 1994. Los otros dos siguen vivos: el cardenal Julius Darmaatmadja, arzobispo emérito de Yakarta, de 90 años, creado cardenal por Juan Pablo II en 1994, y el cardenal Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, actual arzobispo de la capital, a quien el Papa Francisco concedió el título en 2019.
Una sede histórica
Nacido en Italia en 1963, Battaglia es arzobispo de Nápoles desde el año 2020. El 24 de junio de 2016 fue elegido para la sede episcopal de Cerreto Sannita-Telese-Sant’Agata de’ Goti por el Papa Francisco. Recibió la consagración episcopal el 3 de septiembre de 2016 en la Iglesia Catedral de Catanzaro de manos del arzobispo Vincenzo Bertolone.
Este será el décimo consistorio del Papa y, sin tenerlo planeado, devolverá a la histórica diócesis de Nápoles la birreta cardenalicia. De entre los nuevos cardenales no hay ningún español y, cabe recordar, que, actualmente, solo hay dos cardenales españoles que dirijan una diócesis: el de Madrid y el de Barcelona.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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