«¿Qué hacer para que mis hijos sigan practicando y viviendo su fe cuando crezcan?» Quizá sea una de las preguntas que más quita el sueño de padres de familia, especialmente en un contexto que no favorece la forma de vida cristiana. Los datos hablan por sí solos: según el National Opinion Research Center de la Universidad de Chicago, tan solo el 15% de los adultos estadounidenses que fueron educados como católicos mantienen su práctica y vida de fe a día de hoy.
Cómo lograr que los hijos perseveren en la fe es la pregunta que ha tratado de responder el Center for Applied Research in the Apostolate –CARA, Centro de Investigación aplicada en el apostolado– de la Universidad de Georgetown, junto con el Instituto Peyton para la Vida de la Iglesia Doméstica.
El resultado de su investigación ha sido el Future Faithful Families Project –Proyecto Futuras Familias Fieles-, cuyo análisis arroja un útil listado de hábitos que hará mucho más fácil a las nuevas generaciones mantener su fe en el futuro.
Gregory Popcak, uno de los responsables del informe, menciona que aquellos niños que crecen en un hogar cálido y afectuoso, que pasan tiempo con su familia dedicado a la diversión, la oración y la fe o el servicio a los demás, tienen por lo general más probabilidades de seguir siendo católicos en el futuro.
Extraemos 6 ideas para lograrlo:
1º La fe debe ser recordada como el alma del hogar
«Las familias son efectivas a la hora de transmitir la fe a la siguiente generación en la medida en que los niños sintieron que la fe era una fuente de calidez en sus hogares», explica Popcak.
2º La importancia de las rutinas asociadas a la fe
Uno de los aspectos más relevantes que recuerdan los encuestados es tener rutinas asociadas a la fe, siendo las comidas familiares un momento idóneo. Así, en una ocasión mencionó a ACI que las cenas en familia son una buena oportunidad para crear y fortalecer la comunidad a través de la comunicación. «Ahí es donde las familias crean un espacio para reflexionar juntas sobre el día, comunicar valores… toda la investigación realmente apunta a la importancia de rutinas para la fortaleza de la familia y también para la transmisión de valores«, mencionó.
Las cenas en familia son recordadas por los encuestados, adultos que mantienen su fe de la infancia, como algo estrechamente relacionado.
3º No sermonear ni aburrir, pero explicarlo todo
Mark Gray, director de CARA y coautor del estudio, también valoró en OSV la importancia de ofrecer explicaciones razonadas a los hijos. Así, observó que, hablando de quienes mantuvieron su fe de la infancia, tenían en su mayoría a padres que se iban con sus hijos y les explicaban detenidamente por qué la Iglesia enseñaba algo en lugar de zanjarlo con un «por qué sí». Eso sí, advierte de que esta opción exige «mucho trabajo, discusión y pensar en las cosas», pero hacerlo funciona, según los datos. En palabras de Popcak, este hábito lleva a los hijos a ver que sus padres están abiertos a escuchar y tratar sus dudas de fe «sin pensar que los van a sermonear o regañar por tener preguntas o luchas». En caso de surgir una pregunta para la que los padres no tienen respuesta, una opción es la de buscar la respuesta juntos.
4º Algo lógico, pero útil: misa, colegios, parroquias…
Entre otras conclusiones del estudio, Popcak observa que en la mayoría de casos, los que mantienen su fe y práctica religiosa ya lo hacían cuando eran niños. La mayoría iban a misa cada domingo de pequeños, estudiaron en colegios católicos o se formaron en sus parroquias y todos los días tenían un tiempo de oración con su familia antes de acostarse, de las comidas e incluso rezaban el rosario en familia.
5º Familia cristiana 24/7, todos los días y en todo momento
Popcak también encuentra que los encuestados que mantuvieron su fe de la infancia recuerdan haber sido educados en que ser católico «no es algo que se hace cada domingo por la mañana», sino que «la fe estaba presente en el hogar, todos los días, en conversaciones, en la oración o en el resto de ámbitos que hay en el hogar». Lo importante, agrega Gray, es que el niño vea a sus padres ser «católicos todos los días del año» y que los padres escuchen y guíen a sus hijos a través de lo que enseña la fe.
6º Participar en familia en actividades caritativas
Otro de los aspectos clave en el mantenimiento de la fe de los hijos es que las familias inviertan tiempo juntas en servicios asistenciales o caritativos. Acoger a otras personas en sus hogares, programas de servicio comunitario o hacer un plan de ahorro «sacrificando» gastos de cada uno para donarlo a los necesitados son solo algunas propuestas que tuvieron éxito.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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