Ha surgido, en el contexto del Sínodo de la sinodalidad, una falange de neomodernistas herejes, pocos ―se necesita una cierta inteligencia para ello―, y una multitud insensata, los cuales apresuradamente corren ‘todos juntos’ ―siempre caminan, corren y caen ‘juntos’― hacia el precipicio del ‘nihilismo teológico’, y lo que es peor, quieren arrastrarnos también a los demás
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