Cuando parece que la vida religiosa consagrada se precipita por el abismo de la secularización, la ausencia de vocaciones y la ruptura con el carisma fundacional de las órdenes y congregaciones religiosas, surgen acá y allá remanentes de fidelidad a Dios y de entrega a la oración. Es el caso de los Monjes Benedictinos de Adoración Perpetua del Condado de Meath en Irlanda, que cuentan con muchos candidatos a convertirse en novicios.
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