16/11/2024

Crónica de la contraofensiva contra el wokismo: así se vence el miedo a su violencia física y moral

El wokismo nació en Estados Unidos antes de extenderse a Europa, pero es en su cuna americana donde está empezando a labrársele una tumba. Tras la retirada en desbandada de los inicios, hay en curso un contraataque que aspira al éxito y cuya crónica ha escrito Sylvie Perez en un libro recientemente publicado en Francia, Acabando con el wokismo. Crónica de la contraofensiva anglosajona (Cerf).

Sylvie Perez es periodista y escritora, ha trabajado en prensa y radio, es la traductora al francés de la obra teatral de Agatha Christie y ha publicado varias novelas y ensayos. Sobre este último la ha entrevistado Élisabeth Geffroy en La Nef:

-Su libro aborda el tema del wokismo, y pretende «hacer una crónica de la respuesta que se le ha dado». ¿Se está produciendo efectivamente esta respuesta en el mundo anglosajón?

-En Estados Unidos, el wokismo alcanzó su punto álgido a principios de la década de 2010. Fue entonces cuando comenzó una lucha organizada. Fue obra de personas de toda condición, apegadas a un mundo compartido, horrorizadas al verlo vandalizado como consecuencia de la deconstrucción. De hecho, esta contraofensiva tiene tres etapas.

»El wokismo es un movimiento complejo que reúne transgenerismo, antirracismo, neofeminismo y decolonialismo. Primero había que identificarlo, luego entender qué lo impulsaba y, por último, combatirlo.

-¿Este movimiento antiwoke tiene alguna figura destacada? ¿Está centralizado o extendido?

-Están los pioneros. Jordan Peterson, psicoterapeuta canadiense, fue uno de los primeros en entrar en escena. En 2016, mientras se redactaba una ley canadiense para prohibir la discriminación de «personas transgénero o de género indefinido, es decir, ni hombre ni mujer o ambos», Peterson reaccionó: le parecía peligroso construir leyes sobre nociones subjetivas como el espectro de género. Esta declaración de sentido común le valió una reprimenda. Pero no cedió y se propuso demostrar que, bajo su exterior «inclusivo», el wokismo era un ataque en toda regla a la libertad de expresión. Jordan Peterson da conferencias por todo el mundo.

»Su libro 12 reglas par vivir: un antídoto al caos, traducido a cincuenta idiomas, ha vendido más de tres millones de ejemplares. Christopher Rufo, muy de actualidad últimamente porque ha sido él quien ha acusado de plagio a la rectora de Harvard, se esfuerza por desalojar el wokismo de las instituciones estadounidenses. Con éxito.

»También surgieron cenáculos en 2020, tras las grandes manifestaciones orquestadas por Black Lives Matter. Don’t Divide Us [No nos Dividáis] en Reino Unido y Foundation Against Intolerance and Racism [Fundación contra la Intolerancia y el Racismo] en Estados Unidos son organizaciones que se niegan a situar la raza en el centro del debate público. Transgender Trend [Tendencia Transgénero] en el Reino Unido y 4th Wave Now [Cuarta Ola Ahora] en Estados Unidos ayudan a los padres desamparados ante la propagación del transgenerismo entre los jóvenes. Y luego, por supuesto, están los grupos que defienden la libertad académica, esencial para la vitalidad de nuestras sociedades. Hablo de todo esto en mi libro.

Sylvie Perez, ‘Acabando con el wokismo. Crónica de la contraofensiva anglosajona’.

-¿Por qué oponerse al wokismo requiere valentía? ¿Cómo se explica que, a pesar de los riesgos que entraña, haya tantos disidentes del wokismo que alcen su voz?

J.K. Rowling, autora de Harry Potter, ha sido vilipendiada por activistas transgénero que la han amenazado con violarla y asesinarla por afirmar que ser mujer no es una cuestión de sentimiento, sino de biología. La cultura de la cancelación es cruel. Pero cada vez son más los disidentes que alzan su voz, alertados ante la naturaleza suavemente totalitaria del wokismo. Cuando se ataca al subconsciente (se somete a los empleados a cursos de reeducación para librarles de sus «prejuicios inconscientes»), cuando la propaganda transgénero se cuela en las escuelas, es difícil dejar las cosas como están. El valor individual, que consiste en negarse a repetir lo que no se cree, es el mejor baluarte contra el wokismo.

-Gracias a estas respuestas, ¿estamos asistiendo a una inversión del equilibrio de poder en el mundo anglosajón? ¿Está el wokismo en retirada?

-En junio de 2023, el Tribunal Supremo de Estados Unidos adoptó una decisión histórica que prohíbe la discriminación positiva en el acceso a la universidad. Esta sentencia contribuirá a desacreditar el «régimen de la diversidad«. También estamos asistiendo a un creciente número de demandas interpuestas por detransitioners, jóvenes adultos que se arrepienten de haberse sometido a cirugía de reasignación de sexo y tratamientos hormonales, y que emprenden acciones legales contra sus médicos.

Una entrevista a Sylvie Perez sobre su libro.

-¿Es usted optimista sobre la capacidad de Francia para defenderse de la expansión del wokismo?

-El Observatoire du Décolonialisme [Observatorio del Descolonialismo] es un grupo de un centenar de universitarios franceses que han realizado un formidable trabajo de análisis del wokismo y de su respuesta. El Observatoire de la Petite Sirène [Observatorio de la Sirenita], un grupo franco-belga de profesionales de la infancia (médicos, investigadores, profesores), adopta un enfoque primum non nocere [lo primero es no hacer daño] ante la disforia de género. La red de Parents Vigilants [Padre Vigilantes] se opone a la intrusión de la ideología en las escuelas. ¿Quién iba a pensar que un libro de texto de biología para 10º curso hablaría de «sexo asignado al nacer», reproduciendo palabra por palabra la jerga woke según la cual el sexo no se «observa» sino que se «asigna», y por tanto es susceptible de cambiarse a voluntad?

Traducción de Verbum Caro.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»