Jesús visitó a los Reyes Magos antes de su pasión, también a su madre la Virgen antes de resucitar y trató en numerosas ocasiones de redimir a Judas antes de su traición: aunque nada de esto aparece descrito en los Evangelios, así lo creen muchos cristianos y devotos gracias a Ana Catalina Emmerick . Beatificada por Juan Pablo II en 2004, la religiosa alemana es mundialmente conocida por ser, entre otras cosas, una de las principales fuentes de la película La Pasión de Cristo: su director, Mel Gibson, recurrió a las visiones que recibió la beata a lo largo de toda su vida, especialmente durante los últimos años, y que quedaron plasmadas por escrito. Con la llegada de la Semana Santa, Religión en Libertad ofrece las visiones de forma íntegra en Pasión y resurrección de Cristo: su descarga es totalmente gratuita a través de la web Libros Religión en Libertad.
Nacida en 1774, Emmerick se desempeñó en sus primeros años de juventud como una humilde granjera, costurera y sirvienta hasta que ingresó, a los 28 años, al convento agustino de Agnetemberg (Dülmen), en Westfalia.
Nada más ingresar con las agustinas, Ana comenzó a enfermar con frecuencia sufriendo grandes dolores hasta que, una década después, tuvo que abandonar el convento con motivo de su cierre por el secularizador Jerónimo Bonaparte, rey de Westfalia.
Refugiada por el vicario Lambert, Ana Catalina permanecería en la casa de la viuda y hermana del sacerdote, enferma prácticamente de forma ininterrumpida hasta su muerte. Fue entonces cuando aparecerían los estigmas, cuyos dolores había sufrido desde hacía años.
Descarga gratis `Pasión y resurrección de Cristo´: las visiones que inspiraron multitud de detalles simbólicos con los que el cineasta Mel Gibson enriqueció visualmente el relato evangélico surgen en las visiones de Ana Catalina Emmerick .
«Robustece nuestra fe»
Entre penurias conocería en 1818 a Clemens Brentano, quien la visitaría casi hasta su fallecimiento. A lo largo de sus últimos años, tomaría nota de todas las visiones que Emmerick tuvo del Nuevo Testamento y de la Virgen María y que la acompañaron a hasta 1824, registrando hasta 40 volúmenes con detalladas escenas confirmadas por la mística. La primera publicación de las apariciones esperaría a 1833, cuando salió a la luz La dolorosa pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
En el verano de 1823 Ana Catalina se debilitó. Como en años anteriores unió sus sufrimientos con los sufrimientos de Jesús, ofreciéndolos para la salvación de los hombres. Falleció a los 9 de febrero de 1824.
Aunque «no son el Credo y los Evangelios» y «nadie está obligado a creerlas», las visiones que Religión en Libertad pone a disposición del lector han sido valoradas por autoridades como el cardenal Antonio Cañizares por «robustecer nuestra fe, estimular nuestro amor y fortalecer nuestra esperanza«, siendo «una conmovedora ayuda para acercarnos a contemplarla Pasión» y poner a los fieles «cara a cara con sus responsabilidades y contradicciones».
Los primeros pasos de Jesús con la cruz
Algo visible en el relato del traslado de la cruz al Gólgota por Jesús, en torno a quien «todo eran malicias y mofas en voz alta» mientras era «indeciblemente martirizado y afligido». Y sin embargo, relata la beata, «seguía amando, su boca rezaba y su mirada suplicaba, sufriendo y perdonando».
Las visiones muestran cómo, durante la caminata, a Jesús le seguían dos sayones «que levantaban el extremo de la cruz con las cuerdas, y que aumentaban las fatigas, porque con las cuerdas movían la carga, levantándola y dejándola caer». Detrás de ellos cerraba la comitiva una segunda mitad de fariseos a caballo, donde «había también muchachos judíos de lo más rastrero que se habían entremetido voluntariamente» para presenciar el acto.
El especialista José María Sánchez de Toca Catalá, responsable de las notas y presentación de la obra, destaca los muchos detalles simbólicos presentes en la obra que permiten enriquecer el relato evangélico, como hizo Mel Gibson en La Pasión de Cristo.
Ejemplo de ello es la descripción de los primeros pasos de Jesús con la cruz, a lo largo de una «calle estrecha de apenas un par de pasos de ancha«.
Ya desde ese momento comenzó la agonía y «Jesús tuvo mucho que padecer en ella. Los esbirros iban muy cerca de Él y, desde ventanas y ventanucos, toda la gentuza que allí tenían su trabajo se mofaban de Él y le tiraban cagarrutas y desperdicios de cocina. Unos malvados canallas le vertieron heces negras y apestosas. Incluso los niños de las casas por donde pasaba la comitiva, instigados por los mayores, recogían piedras para tirárselas con insultos y ultrajes. Así trataban los niños a Jesús, que los amaba, los bendecía y los proclamaba bienaventurados», continua el relato.
Los hechos que se recogen en la obra de Emmerick y que puedes obtener aquí de forma gratuita destacan por su detallismo y por la simbología, pero también por un realismo que, como La Pasión de Mel Gibson, «ha movido a miles de corazones al arrepentimiento. Ana Catalina le hizo ver a Gibson, y él a nosotros, el enorme coste de nuestra salvación. Los sufrimientos de Cristo, tan terribles que angustian, y que son el precio de nuestros pecados».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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