La oración a lo largo del día es una costumbre practicada y recomendada desde los primeros siglos del cristianismo. Ya en el siglo IV, el santo y padre del desierto Macario reiteraba la bienaventuranza de «aquel que persevera, sin cesar… en el nombre de Nuestro Señor».
Era al parecer una referencia a la conocida como oración de Jesús, consistente en incorporar la oración al ritmo de la respiración, repitiendo al inspirar «Señor Jesús, hijo de Dios» y al espirar «apiádate de mí, pecador». El devocionario cristiano tiene tantas oraciones como minutos tiene el día, de modo que hay una para cada momento o situación de la jornada y de la propia vida.
Además de una sana costumbre, el director de Religión en Libertad, Álex Rosal, observa que la oración continuada es también una necesidad para todos los hombres, «frágiles, débiles» y rodeados de contratiempos, cruces, sufrimientos y sinsabores.
Convencido de que «nosotros solos no podemos salvarnos» y de que «necesitamos la ayuda de Dios» para lograrlo, Religión en Libertad y su director acaban de editar y publicar Oraciones para cada momento, que ponen a disposición de los lectores de forma totalmente gratuita a través de este enlace para obtener «unas pautas que nos iluminan en ese diálogo con Dios«.
«Para saber pedir por un hijo que está enfermo, por nuestro matrimonio, por nuestra ancianidad, por un viaje que iniciamos… También por la educación de nuestros hijos o nietos, por el trabajo de todos los días y en definitiva, por todo aquello que nos preocupa«, Oraciones para cada momento ofrece cerca de un centenar de oraciones que recorren el curso natural del día y de la propia vida.
Puedes descargar en este enlace `Oraciones para cada momento´ (Libros ReL).
Así, algunas de las que componen el primer capítulo son la oración de la mañana y del despertar, el ofrecimiento del día o el menos conocido «Decálogo de la serenidad».
Avanza el día y Oraciones para cada momento incluye hasta ocho plegarias para el comienzo y desarrollo de la jornada laboral, al punto de ofrecer incluso una oración para encomendar cada reunión.
Junto con el propio horario, que sigue con oraciones para el mediodía, bendiciones de la mesa y para antes de acostarse, el libro agrupa las plegarias también por bloques temáticos. De este modo, los lectores pueden encontrar multitud de oraciones para el núcleo familiar, ya sea para su preparación con la plegaria de los novios o para comenzar el noviazgo, para su desarrollo con las promesas de amor, tras conocer la noticia de un embarazo o después del propio nacimiento, incluso hay una oración a Jesús por los hijos que van al colegio o tienen exámenes.
Dentro de esos temas, se incluyen otros como las oraciones preparatorias para los viajes, para llevar cristianamente la enfermedad y la adversidad o también por la vejez, recogiéndose una plegaria para cuando uno «empieza a sentirse viejo».
Concluye esta edición con un bloque dedicado a las oraciones durante el final de la vida, las dirigidas al ángel de la guarda y otras más variadas «para que tengamos paz», que se concretan en ruegos por quienes gobiernan, para los tiempos de guerra, para Nochevieja o Año Nuevo e y hasta para pedir el buen humor.
No se olvida este libro de las plegarias de los sacerdotes y concluye con el cardenal Newman y su plegaria Dios es tu amigo, o Dame lo que otros no quieren, conocida como Oración del paracaidista, que se halló en la vestimenta del miembro de la fuerza aérea francesa André Louis Arthur Zirnheld, caído durante la Segunda Guerra Mundial.
Puedes descargar en este enlace Oraciones para cada momento (Libros ReL)
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