23/12/2024

Disney elimina su serie de Star Wars: un «bodrio» de jedis negros y reuniones de brujas lesbianas

La serie para streaming The Acolyte contó con un presupuesto de 180 millones de dólares y, sin embargo, ha sido un auténtico fracaso. La precuela de Star Wars, que ocurre cien años antes del Episodio 1, se convirtió en pocos episodios en el live action menos visto de la historia de La guerra de las galaxias, lo que llevó a Disney a optar por su eliminación.

Disney+ no solo no lanzará una segunda temporada, sino que ha retirado el merchandising de The Acolyte de su tienda oficial, como buscando que pase al olvido. La duda es si llegará a borrarla de su catálogo. Algo que sucede a veces por razones fiscales: si una serie tiene muy poco éxito, se descataloga para reutilizar sus ideas o conceptos en otras producciones.

Pero, ¿cuáles podrían ser las causas de este sonado fracaso? Su corta vida, de ocho capítulos en su primera temporada, se extendió del 4 de junio al 16 de julio. El proyecto contaba con un equipo con mayoría de mujeres y muestra, en una de las escenas que más rechazo causaron, una reunión de brujas lesbianas que utilizan La Fuerza para auto inseminarse y poder tener hijos sin necesidad de intervención masculina.

«Racismo ultraconservador»

«Podrían haber utilizado hombres o donantes de esperma para quedarse embarazadas, o haber solicitado la adopción, pero ¿por qué molestarse con el esfuerzo y el papeleo cuando pueden simplemente hacer un baile raro y agitar las manos?«, decía un usuario indignado de Twitter.

La polémica ha crecido con las recientes declaraciones de una de sus protagonistas, Amanda Stenderg, que dijo: «Las oleadas de vitriolo a las que nos hemos enfrentado desde el anuncio de la serie, cuando era solo un concepto y nadie la había visto aún. Ahí fue donde empezamos a experimentar, digamos, una acometida de racismo y vitriolo ultraconservadores, prejuicios, odio y lenguaje agresivo contra nosotras. Aunque me lo esperase, es algo que no puedes entender hasta que te ocurre a ti», denunció.

«Las oleadas de vitriolo a las que nos hemos enfrentado desde el anuncio de la serie, cuando era solo un concepto y nadie la había visto aún», lamenta Amanda Stenberg.

La serie presentaba grandes dosis de auténtico wokismo en vena: como caballeros jedi de raza negra o la escena de Stenberg mirando a un roedor y preguntando a otro personaje «¿está ‘él’ o ‘ellos’ con nosotros?», una clara referencia a la costumbre woke de preguntar antes por los pronombres que desea utilizar la otra persona.

Mientras que la serie obtuvo una puntuación del 83% en la web especializada Rotten Tomatoes, la puntuación del público se quedó en un 14%. En mitad del lanzamiento de la serie, una entrevista a Stenberg y a la creadora de la serie, Leslye Headland, levantó una gran polvareda, cuando el entrevistador bromeó diciendo que habían firmado la serie «más gay» de La guerra de las galaxias, lo que provocó que Stenberg y Headland se rieran. Stenberg dijo: «La guerra de las galaxias ya es muy gay», mientras que Headland bromeó que R2D2 podría ser lesbiana.  

Los fans de la saga están bastante enfadados y han protestado porque la serie destroza el canon de Star Wars y muchos elementos bien afianzados en series y películas anteriores. La sensación es que la directora, la activista lesbiana Leslye Headland, y su equipo, en realidad no amaban el universo Star Wars y sólo lo usaban para impulsar su carrera e ideología woke. Headland, por ejemplo, colocó en el papel de la maestra jedi Vernestra Rwoh a su pareja sexual («casadas» por matrimonio gay según las leyes norteamericanas).

Todo esto ya sucedió con otra historia muy querida y arruinada en clave woke por Disney. En 2022, Disney+ estrenó Willow, teleserie de fantasía secuela de la recordada película de 1988 de Ron Howard. En el grupo de aventureros no faltaba la pareja de jóvenes lesbianas, hábiles luchadoras. El desastre de público fue contundente y la serie no solo se canceló sino que se retiró del servicio de streaming, para que nadie pudiera acceder a ella. 
 

Además, en una de sus últimas declaraciones por televisión, la actriz Amanda Stenberg, conocida activista de Black Lives Matter, aparecía jactándose de «enfadar a los blancos». La protagonista aseguraba estar ‘triste’ por el abrupto final de The Acolyte, que atribuye a cuestiones de raza y de preferencias sexuales: «Sólo quiero que aquellas personas que nos apoyaron, y que nos apoyaron abiertamente, sepan, a pesar de toda la hostilidad que recibimos y el tipo de ataque dirigido que, diría, recibimos, por parte de la extrema derecha, que son profundamente amados y apreciados. Y eso hizo que este trabajo valiera la pena».

Se anunció la cancelación de la serie «The Acolyte» the StarWars. Una serie ultra woke cuya protagonista cuando fué a la telvisión dijo «Hacer llorar a la gente blanca es el objetivo».
Una vez más Disney demuestra que no importa hasta donde se arruinen económicamente por las… pic.twitter.com/tmpv0NNhXC

— matiasreggiardo.eth 🇦🇷🇮🇹🇮🇱 🚀 (@reg_mati) August 21, 2024

Según los críticos, The Acolyte, además de grandes dosis de wokismo, tenía un guion incoherente, personajes poco desarrollados y una trama que parece más una parodia del universo Star Wars. Lo más preocupante es que Disney se enfrenta a una creciente presión por parte de sus propios accionistas para ajustar su enfoque. La compañía está recibiendo críticas por permitir que el wokismo dirija el desarrollo de sus productos. El fracaso de The Acolyte es un claro ejemplo de cómo las agendas políticas pueden arruinar una franquicia.

Puedes ver aquí el tráiler de The Acolyte.

Según ha informado Daniel Richtman, tras el fracaso de The Acolyte, se ha optado por reducir el volumen de estrenos de la franquicia en Disney+. Este 2024 todavía queda por salir Skeleton Crew, pero a partir de enero la compañía solo estrenará una serie de Star Wars al año. Quedan fuera de esta nueva fórmula las series de animación, que sí podrán compaginarse varias en un mismo curso. Pero en lo referido al live-action, solo habrá un proyecto televisivo anual.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»