El domingo de Ramos, comienzo de la Semana Santa, sitúa ante nuestra mirada a Jesucristo en la humildad de su Pasión. Jesús, que entra en Jerusalén ensalzado hoy con palmas y ramos de olivo, se someterá voluntariamente a cruel Pasión hasta la muerte en Cruz, para redimir al hombre del pecado y la muerte y resucitar en la Pascua, mostrándonos nuestra excelsa condición.
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