20/11/2024

Educada para odiar la fe, vació el esoterismo buscando sentido: un sacerdote le mostraría el Cielo

Criada en la Yugoslavia socialista de Tito, Magdalena –Maggie– Ehrenreich conoció bien lo que es estar lejos de la fe. Tanto por imposición como por voluntad propia. También supo lo que implica una vida transformada por Dios. Y concretamente a través de un sacerdote, James Manjackal, quien la llevaría a ver su vida cambiada por completo antes de su fallecimiento en octubre de 2023.

Nacida en 1942 en el seno de un matrimonio de raíces católicas y alemanas, Maggie recuerda admite haber recibido el bautismo al mismo tiempo que el régimen comunista le prohibía hablar de Dios.

«No sabía nada del. Pasé mi primera infancia en un campo de concentración ruso donde mi abuela murió de hambre. Después me separaron de mi familia y el Estado me educó como comunista y atea«, contó Ehrenreich.

La Iglesia, «el enemigo»

Concluido su proceso de adoctrinamiento, recuerda que su cosmovisión resultó «completamente distorsionada», convencida de que «la Iglesia era el enemigo» y el comunismo, «la ideología por la que valía la pena vivir y morir».

Orbitando entre Yugoslavia, Rusia y Alemania, Maggie estudió y se desempeñó exitosamente en la psicoterapia y psiquiatría durante tres décadas.

Conforme más pasaba el tiempo y investigaba más disciplinas, más sabía que, a pesar de sus esfuerzos, «no iba a ser capaz de crear un paraíso en la tierra» como el comunismo le había hecho creer.

Y así, Ehrenreich comenzó a buscar «algo más» en su vida. Comenzó por el análisis de la autoconciencia, se interesó por las religiones asiáticas y después, en plena revolución sexual, asistió a los cambios desatados en la Europa de 1968, buscando «el sentido de la vida, la autoconciencia, la autorrealización, la emancipación, la expansión de la conciencia«.

En la imagen, Magdalena -Maggie- Ehrenreich, en su juventud.

En todas las formas del esoterismo

La búsqueda de sentido era cada vez más fuerte. Tanto que, llegado un punto, Maggie y sus conocidos se involucraron «en todas las formas de esoterismo y New Age», desde las diferentes formas de terapia de América, las enseñanzas parapsicológicas, el budismo zen y el yoga o las religiones y enseñanzas asiáticas.

Desengañada de las promesas del comunismo, pronto también lo estaría de que su carrera profesional fuese el sentido de su vida. Maggie cada vez tenía más claro que «tenía que haber un sentido más profundo, algo `superior´, y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para encontrar ese algo por lo que valía la pena vivir y morir».

Primero lo buscó en la India, en multitud de programas y en el ashram -monasterio hinduista- de Poona del gurú indio Bhagwan Shree Rajneesh, quien diría de sí mismo que se trataba de una encarnación de Jesucristo.

El desengaño no tardaría en llamar de nuevo a su puerta cuando constató que «Rajneesh no era Dios. De nuevo una mentira -una ilusión- se rompió y con esta comprensión mi entorno social también se desmoronó. Me di cuenta de que este hombre no podía ayudarme. Mi sed y mi anhelo se mantuvieron«.

Manjackal y Medjugorje, frente a las «fuerzas oscuras»

Llena de preguntas sin nadie que pudiese dar respuesta, Maggie pasaba horas ante las iglesias que la vieron nacer como católica, sin atreverse a entrar por su «miedo al rechazo, las mentiras del comunismo sobre la iglesia» y una «atadura a las fuerzas oscuras» que no permitían ningún contacto con la fe.

Sin embargo, Maggie no esperaba que su camino para encontrar ese «algo superior» llegaría durante su estancia en Alemania, a través de un amigo que le pidió labores de traducción en un viaje a Medjugorje.

La década de los 90 estaba a punto de concluir cuando, tras casi 20 años de los primeros rumores sobre las apariciones en la aldea bosnia, Maggie decidió aceptar la invitación. Allí, dijo, «tuve mi primer encuentro con la Virgen, en la lengua de mi infancia, y supe que por fin había `llegado´».

Meses después, en 1999, Maggie volvió a Medjugorje. En esta ocasión conocería al padre James Manjackal, un sacerdote católico nacido en 1946 especialmente popular por sus predicaciones internacionales de la Renovación Carismática y a quien Maggie atribuyó la «transformación completa» de su vida.

Una experiencia de Dios imposible de explicar

«Cuando puso sus manos sobre mi cabeza y rezó por mí, todo mi cuerpo tembló. Me sentí profundamente conmovida y una fuerza fluyó a través de mí. Mi interior se llenó de calor y de luz. Fue tan increíble que no puedo expresarlo con palabras. Sentí un amor enorme. Santidad. Era un pedazo de cielo. Este «algo» estaba ahora allí», diría tras uno de sus primeros encuentros. 

Decidida encontrar una explicación lógica a lo sucedido, trató de «reprimir todo lo que había vivido», pensando que «solo había fantaseado y que había estado sola». Pero el sacerdote volvió a aparecer, preguntándole si realmente no había sentido nada. «De repente, la experiencia volvió a hacerse presente» y supo que aquel misterioso sacerdote tenía «el poder y la autoridad de Dios» para liberarla de sus oscuras ataduras: «Él, con su Dios, será más fuerte que la oscuridad que hay en mí. Quería oírle hablar de su Dios y también de mi Dios».

El padre James Manjackal, muy popular en la Renovación Carismática. Del 10 al 12 de mayo estará en Relleu, Alicante.

Ehrenreich presentía que llegaba «al final de su viaje». Especialmente cuando logró acudir a uno de los retiros del padre James. Allí, a través de sus palabras, «la belleza, la bondad y el amor llegaron a mi corazón y me tocaron profundamente. Ahora quería conocer y amar a Jesús. Por fin lo había conseguido».

Lo sucedido  en la aldea bosnia y más tarde en los retiros con el padre Manjackal fueron para ella un revulsivo de su vida anterior, el comienzo de un viaje de «arrepentimiento y sanación» en el que, sin si quiera tener «conciencia del pecado o los mandamientos», terminaría por reconocer sus errores de vida.

Atacada por el demonio

«Vi mi vida de pecado, inmoral, mi sometimiento a falsos dioses y cuanto estaba hiriendo al verdadero Dios. Vi como había pecado contra el amor y la vida. Lloré y me arrepentí de corazón. También se me mostró dónde tenía que dar marcha atrás sin concesiones y cambiar mi vida: puse fin a dos relaciones inmorales y a malos hábitos, me distancié de determinadas personas y cambié mi forma de comportarme con subordinados y superiores. El Señor incluso me mostró mis pecados y lo que necesitaba cambiar», relató.

Aunque definió este momento como su «regreso a Dios», pronto sería consciente de que «el maligno tiene poder, que la batalla espiritual estaba allí y que la oscuridad y Satanás, con todos sus poderes», no la dejaría ir tan fácilmente.

Así, Maggie asistía atónica a voces que le decían que Dios no la quería, que el padre James la echaría de su retiro, a tener pensamientos suicidas e incluso a sufrir ataques malignos y tentaciones para regresar a su antigua vida.

Pero ella estaba decidida a «enfrentar» ese poder. Incluso tras caer enferma, ella pasaba las horas pegada a una Biblia algunas grabaciones de retiros, hasta el punto de «enamorarse» de Jesús, «creer en su presencia amorosa» y, en último término, ser testigo de sanaciones en primera persona.

Sanaciones milagrosas: de una mano rota al cáncer

Relató numerosos ejemplos. Uno de ellos, en el año 2000, cuando se rompió la mano izquierda el día antes de uno de los retiros y al terminar, cuando iba a operarse, las radiografías mostraban la mano en perfecto estado.

O en marzo de 2001, cuando fue diagnosticada de cáncer de cuello de útero y escuchó a Jesús decirle a través del sacerdote: «Magdalena, eres mía, te curo de tu cáncer«. Acto seguido, recuerda que su cuerpo «se inundó de luz y calor», quedando sanada.

Algo parecido sucedería dos años después, en enero de 2003, cuando iba a ser operada ante la presencia de bultos en su pecho y, en las puertas de quirófano, el cirujano comunicó que «la operación ya no era necesaria». «Hoy es un gran día para dar gracias al cielo«, le dijo el médico.

Un cambio y conversión que se traslada a la familia

Con estas y otras sanaciones, la conversa confirmaba como su vida «cambiaba por completo». «He cambiado y siempre que puedo doy testimonio de ello: con mis compañeros de trabajo y alumnos, con gente de mi pasado, con estudiantes de enfermería…. Comparto sobre mi vida sin Jesús, mi búsqueda y mi vida y cómo es ahora con Jesús».

Maggie no ha sido la única de su familia cuya vida ha sido cambiada por la oración y la fe. Cuenta el caso de su sobrina, que vivía con un hombre y terminó casándose y bautizando a sus hijos.

«Recibió una curación milagrosa gracias a una oración del P. James. Mi otra hermana, que vive en EE.UU., fue la única de su urbanización que se salvó milagrosamente de los daños de un huracán, como si `alguien´ hubiera pasado la mano por encima de la casa», escribió.

Antes de concluir, Ehrenreich recuerda que «siendo una niña, cuando a nadie se le permitía hablar de Dios, hubo una anciana que tuvo el valor de hablarme del único que ama a todos. Nunca lo olvidé, y sabía que en algún lugar del mundo tenía que encontrarlo. Esto se convirtió en mi actitud ante la vida y pude llegar a conocer a ese alguien que ama a todos«.

La conversa, fallecida el ,finaliza su relato con unas palabras dirigdas al sacerdote que le hizo volver a encontrar al Dios que había perdido: «Es una aventura vivir con Jesús y también contigo, padre James. Y si es la voluntad de Dios, Él permitirá que nos volvamos a encontrar en este mundo, si no: ¡Nos veremos en el cielo!».  

El padre Manjackal en Relleu, Alicante, 10-12 de mayo

El padre James Manjackal estará en la iglesia de Relleu (a 45 km de Alicante y a dos horas de Valencia ciudad) el 10, 11 y 12 de mayo de 2024. Su párroco, Juan Berchmans anima a participar a todos los que quieran vivir un fuerte encuentro con Dios. El coste por persona por asistir a todo el retiro los 3 días es de 30€ (menores de edad, la mitad; sacerdotes y religiosas, gratis). El horario aproximado sería: viernes 10 de mayo de 16h a 20h; sábado 11 de mayo de 9h a 12h y de 14 a 20h; y domingo 12 de mayo de 9h a 17h. Hay que registrarse para participar y acudir al retiro completo, no por días sueltos. Más información aquí, en la web del P. Manjackal.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»