22/12/2024

El Celular y las Nuevas Tecnologías han superado a la televisión en cuanto a peligros para la salvación

 

El Celular y las Nuevas Tecnologías han superado a la televisión en cuanto a peligros para la salvación.

San Juan Bosco, apóstol incansable de los jóvenes y fundador de la Congregación Salesiana, dedicó cada momento de su vida a la educación y formación moral de la juventud en tiempos de profundas crisis. Hoy, en una era donde el celular y las nuevas tecnologías han invadido cada rincón de la vida de los jóvenes, es imprescindible reflexionar desde su perspectiva pastoral y apostólica. San Juan Bosco advertiría con gran vehemencia que estas herramientas no solo representan una amenaza para la pérdida de tiempo, sino también exponen a los jóvenes a contenidos inmorales, desviándolos peligrosamente del plan divino para sus vidas. Utilizando sus escritos y enseñanzas, junto con las reflexiones de otros grandes santos de la tradición católica, analizaremos estos peligros con mayor profundidad y ofreceremos una guía para enfrentar estos desafíos.

La Pérdida del Tiempo y su Relación con la Salvación

San Juan Bosco enfatizó incansablemente la importancia del buen uso del tiempo, consciente de que cada segundo perdido es una oportunidad desaprovechada para la santidad. Él afirmaba con contundencia: «La juventud es el tiempo de la preparación; el tiempo que se pierde nunca se recupera» (Bosco, 1876). En una era donde los jóvenes pueden pasar horas interminables en sus celulares, esta advertencia es más relevante y urgente que nunca. La pérdida de tiempo en actividades digitales sin propósito desvía a los jóvenes de sus deberes académicos y familiares, y lo que es más grave, les roba el tiempo precioso que deberían dedicar a la oración y a la formación espiritual.

San Agustín, en sus «Confesiones,» complementa esta visión al afirmar: «El tiempo no es un amigo, sino un testigo de nuestra vida. Aprovecha cada momento para hacer el bien.» La distracción constante de las redes sociales y los videojuegos puede impedir que los jóvenes desarrollen una relación profunda con Dios y vivan según Su voluntad. Asimismo, Santo Tomás de Aquino subraya en su «Suma Teológica» que «el tiempo es un don divino que debe ser utilizado para la contemplación de la verdad y la práctica de la virtud.»

La Influencia Corruptora del Contenido Inmoral

Uno de los mayores peligros del uso indiscriminado del celular es la exposición a contenidos inmorales. San Juan Bosco, con su profundo amor por la pureza de los jóvenes, habría sido un firme opositor a la pornografía y otros contenidos corruptores que están fácilmente accesibles a través de los dispositivos digitales. En una de sus cartas, él escribió: «La impureza es la ruina de las almas jóvenes; evítenla a toda costa» (Bosco, 1884). Este acceso fácil y constante a material inmoral representa una grave amenaza para la pureza y la inocencia que debemos proteger en nuestros jóvenes.

Santo Tomás de Aquino subraya que «el que peca mortalmente se aparta de su último fin,» recordándonos que el pecado grave nos separa de la gracia divina. La facilidad con que los jóvenes pueden acceder a estos materiales inmorales a través de sus celulares es una puerta abierta a la tentación y al pecado, erosionando su moral y alejándolos de Dios.

San Bernardo de Claraval también advierte sobre los peligros de la tentación: «La carne es el enemigo más cercano del hombre, y la indulgencia en los placeres sensuales es la trampa más común del demonio.» Las redes sociales y otros medios digitales pueden convertirse en herramientas del enemigo si no se utilizan con discernimiento y prudencia.

La Pérdida de la Realidad y la Verdad

San Juan Bosco, conocido por su dedicación a la formación integral de los jóvenes, subrayó la importancia de vivir en la realidad y de buscar la verdad en todas las cosas. Él decía: «La verdad es lo que nos hace libres; las mentiras y las ilusiones nos esclavizan» (Bosco, 1887). En la era digital, la constante inmersión en las redes sociales y los videojuegos puede llevar a los jóvenes a vivir en una realidad virtual, alejándolos de la verdad objetiva y divina.

La verdad no es solo un concepto abstracto, sino una manifestación del plan divino para la salvación de nuestras almas. Jesús mismo nos lo recuerda en el Evangelio de Juan: «Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:32). Esta libertad es la que nos permite vivir conforme a la voluntad de Dios y alcanzar la bienaventuranza eterna.

San Juan de la Cruz, en su «Subida al Monte Carmelo,» nos enseña que «la verdad padece, pero no perece,» recordándonos que la búsqueda de la verdad es un camino arduo pero esencial para la vida cristiana. La constante exposición a contenidos falsos y superficiales en las redes sociales puede desviar a los jóvenes de esta búsqueda, atrapándolos en un mundo de ilusiones y mentiras.

Además, la búsqueda de aprobación y validación a través de «me gusta» y seguidores en las redes sociales puede inflar su ego y fomentar la soberbia. San Agustín nos advierte: «La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano.» La constante comparación con los demás puede generar una autoestima equivocada y alejar a los jóvenes de la humildad y la simplicidad que Cristo nos enseña.

La Pereza y la Procrastinación

San Benito, con su lema «Ora et labora (Reza y trabaja),» nos enseña a integrar la oración y el trabajo en nuestra vida diaria. El abuso del celular fomenta la pereza y la procrastinación, desviando a los jóvenes de sus responsabilidades y del llamado a la acción que Dios les hace. San Juan Bosco, en su amor por la juventud, habría exhortado a los jóvenes a aprovechar su tiempo de manera productiva y a evitar las distracciones digitales que los alejan de sus deberes espirituales y morales.

San Juan de la Cruz también nos advierte sobre la importancia de la diligencia en la vida espiritual: «El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa» (Subida al Monte Carmelo). Este amor activo y diligente es lo que debemos fomentar en nuestros jóvenes, alejándolos de la pereza inducida por el uso excesivo de la tecnología.

La Afectación de la Autoestima y el Fomento de la Soberbia

Las redes sociales pueden generar una autoestima equivocada y fomentar la soberbia. San Juan Bosco, quien siempre promovió la humildad y la virtud, habría advertido a los jóvenes sobre los peligros de buscar la validación en las opiniones de los demás en lugar de en la verdad de Dios. Él decía: «La verdadera grandeza del hombre estriba en ser grande ante Dios y no ante los hombres» (Bosco, 1885).

San Francisco de Sales también nos recuerda que «la humildad es la verdadera grandeza,» instándonos a buscar la aprobación de Dios más que la de los hombres. La constante búsqueda de validación en las redes sociales puede desviar a los jóvenes de este camino de humildad y sencillez.

La Desviación del Plan de Dios

El plan de Dios para nuestras vidas es que usemos nuestros talentos y recursos para glorificarlo y alcanzar la salvación. El abuso del celular y las tecnologías modernas puede desviarnos de este plan, convirtiéndose en distracciones en lugar de ser medios útiles. Santa Teresa de Ávila nos recuerda: «El tiempo es un regalo de Dios; úsalo sabiamente para amar y servir.» Debemos ser vigilantes y disciplinados en nuestro uso del tiempo y la tecnología, asegurando que estén orientados hacia el bien y no se conviertan en obstáculos en nuestro camino hacia Dios.

San Juan Bosco también insistía en la importancia de la educación y la formación moral: «Educar a los jóvenes es una obra de amor. Solo a través del amor podemos guiar a las almas jóvenes hacia Dios» (Bosco, 1883). En este sentido, los padres y educadores deben estar atentos y guiar a los jóvenes en el uso prudente de las tecnologías, asegurando que estas herramientas se utilicen para el bien y no se conviertan en el instrumento de su perdición.

La adicción a las redes sociales y el abuso del celular representan peligros significativos desde la perspectiva de San Juan Bosco y la tradición católica . Estos dispositivos no solo representan una pérdida de tiempo, sino que también exponen a los jóvenes a contenidos inmorales, fomentan la pereza, la soberbia, y los alejan de la realidad y de su fin último. A la luz de las enseñanzas de santos como San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Bernardo de Claraval, San Juan de la Cruz y San Francisco de Sales, estamos llamados a utilizar nuestro tiempo y recursos de manera que favorezcan nuestra salvación y la práctica de la virtud.

Es crucial que los padres asuman la responsabilidad de no proporcionar estos instrumentos a sus hijos en edades tempranas. Sólo hacerlo a edad mayor y cuando realmente sea necesario y con los controles adecuados, pues son realmente instrumentos que hacen peligrar algo más que la vida: las almas de aquellos a quien más aman.

Debemos recordar que el tiempo es un don divino, un recurso precioso que debe ser utilizado con sabiduría y propósito, asegurando que nuestras acciones temporales nos conduzcan hacia nuestro fin último: la bienaventuranza eterna.

OMO

Bibliografía:

– Bosco, San Juan. Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales. 1876.

– Bosco, San Juan. Cartas y Escritos. 1883-1887.

– Agustín de Hipona, San. Confesiones. 397-400.

– Tomás de Aquino, Santo. Suma Teológica. 1265-1274.

– Teresa de Ávila, Santa. Camino de Perfección. 1566.

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