22/12/2024

El consejero de educación en Cantabria alerta sobre las pantallas: «Se nos está yendo de las manos»

El pasado 10 de julio tomaron posesión los nuevos consejeros del ejecutivo Cantabria, liderado por María José Sáenz de Buruaga. Al frente de la consejería de educación se encuentra Sergio Silva, con una amplia experiencia educativa: ha sido jefe de departamento y miembro de distintos tribunales de selección de personal docente como secretario y presidente, director del Centro Integrado Público de FP «La Granja de Heras» durante 8 años y miembro del Consejo Escolar de Cantabria del 2012 al 2015. En total, casi 25 años en las aulas.

Con el largo plazo que le proporciona también su experiencia y carrera docente, considera en su nuevo puesto que la educación «necesita tiempo» a la hora de implementar medidas y buscar resultados, en todos los ámbitos.

Por ejemplo, en el caso de los acosos, la convivencia y la salud mental. En este sentido, cuenta a Magisnet que todo lo relacionado con ello -ya sea entre alumnos y profesores- «está muy condicionado por las redes sociales y por los efectos de la postpandemia», por lo que «ahora están aflorando» mayores problemas.

Uno de sus principales proyectos de estudio a día de hoy es cómo las redes sociales y el móvil están afectando a la relación entre niños y adolescentes, así como la influencia de las pantallas en la educación infantil.

«Tenemos que empezar a embridar este asunto, porque se nos está yendo de las manos. Están aflorando problemas de aprendizaje muy graves», comenta.

Es un problema que afecta a todos.

En el caso de los profesores, «van viendo como su labor se complica más, está más burocratizada y lo urgente está desplazando lo importante: el resolver problemas de gestión, de convivencia… no está permitiendo a los centros dedicarse a enseñar».

Este «problema social, familiar y educativo» también afecta a la etapa de Educación Infantil, pues se ven cada vez más «retrasos en la adquisición del lenguaje y en lectoescritura derivados de la sobreexposición a las pantallas en edades tempranas. Nos lo vienen diciendo las asociaciones pediátricas desde hace años, pero ya lo tenemos aquí», lamenta.

Considera necesaria la elaboración de una «estrategia digital», tanto en términos globales como en los concretamente educativos, que permitan «tomar decisiones respecto al uso de las pantallas en el sistema educativo».

En su caso, como consejero autonómico, ya han decidido que, con carácter general, no se enviarán dispositivos digitales desde el primer ciclo de Educación Primaria «hasta abajo».

Lo más complicado es la Secundaria, la ESO y bachillerato, lo que considera «un problema».

«Hemos enviado una instrucción directa a los centros educativos para que regulen el uso del móvil en el tiempo escolar y en los recreos de acuerdo con sus normas de organización interna, pero invitándoles a que los centros sean espacios libres de móviles. Y no solo por los alumnos sino también por el personal docente que solo lo usará en los despachos para cuestiones excepcionales. Esta medida ha tenido una buena acogida», asegura.

Para Silva, bajar el tiempo de uso de pantallas tanto en el aula como en los recreos es algo prioritario, con derivadas en campos tan fundamentales como la comprensión lectora, mucho menor leyendo en pantallas que en papel.

Para el consejero, esta es solo «una de las derivadas». Entre otras, menciona «trastornos en la adquisición del lenguaje«, el desarrollo de la «psicomotricidad fina» o la «resistencia a la frustración y la paciencia«, elementos visiblemente perjudicados por la digitalización y que hacen que «sea cada vez más raro» que alumnos de 3 años tengan el lenguaje adquirido, cuando antes era «lo normal».

Entre el «montón de consecuencias negativas a futuro» también habla de la sobreexposición de los alumnos a la pornografía «en el peor momento», cuando la «plasticidad del cerebro y personalidad de los niños está conformándose».

Se trata de un problema que, a su juicio, «trasciende el centro educativo» y ya es de corte «social». Las familias, dice, tienen «mucho que aprender», especialmente que «las redes, por mucho que se las llame sociales, no sirven para socializar, sustituyen el contacto humano por la frialdad de una pantalla». Por eso llama a «volver al contacto con otras personas», que es lo que «forja nuestra personalidad».

«Se habla de las redes sociales como redes que sirven para socializar, cuando lo que estamos percibiendo los educadores es justo lo contrario. Esas redes sociales sirven para evitar la socialización y aislarse«, advierte.

Finaliza con una conclusión que se podría aplicar a todos los ámbitos de la educación, desde los sistemas pedagógicos a la digitalización e incluso a la misma jerga docente y escolar: «Parece que innovar es bueno solo por el hecho de innovar. Yo creo que las cosas tradicionales y las cosas que vienen funcionando a lo largo de los siglos también hay que ponerlas en valor y porque no sean nuevas no significa que no sean buenas».

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»