La tapadera, El Informe Pelícano, Legítima defensa, El jurado… Las librerías de los años 90 se llenaron de bestsellers de John Grisham (Jonesboro, Arkansas, 1955), casi todos los cuales tuvieron además una versión cinematográfica que multiplicó el éxito literario.
Un éxito que ha continuado después, aunque las cifras de ventas ya no son -como no lo son para ningún escritor- las de aquella época dorada. Grisham fue durante años, en un trono disputado por Michael Crichton (quien triunfó con la saga del Parque Jurásico, Sol naciente o la denuncia, tan actual, del alarmismo climático en Estado de miedo), el indiscutible rey del thriller, aunque también es de Grisham una trama navideña tan entrañablemente convencional como Una Navidad diferente (Una Navidad de locos cuando llegó a los cines).
El tráiler de ‘La tapadera’ (1993), de Sidney Pollack, con Tom Cruise en su apogeo junto al veterano Gene Hackman.
Su último libro, Los chicos de Biloxi, acaba de publicarse en España, y con ese motivo David Marchese le ha entrevistado en El Mundo, repasando su vida, su momento presente e incluso su futuro.
Progresista
Siendo muy joven, Grisham fue durante dos mandatos miembro de la Cámara de Representantes de Mississippi (1983-1990), justo antes de su primera obra superventas. Hace una observación interesante: «Debería ser ilegal en cualquier estado que una persona de 28 años sea elegida para la legislatura estatal… Debes tener al menos 30 años y cierta madurez antes de conseguir ese trabajo. No hice ningún daño en mis ocho años en la asamblea, pero tampoco hay mucho de lo que presumir. No hice mucho bien«.
Siempre ha figurado al servicio de causas consideradas políticamente correctas. Él mismo se define como «demócrata progresista» y lamenta la creciente orientación electoral del Sur de Estados Unidos hacia el Partido Republicano. Una orientación que no tiene tanto que ver con el Sur mismo -que siempre fue más conservador que el resto del país- como con la propia evolución del Partido Demócrata hacia un radicalismo contra la moral cristiana que no representa a los estados del Bible Belt [Cinturón de la Biblia].
Humorística y familiar, ‘Una Navidad diferente’ (novela llevada al cine en España como ‘Una Navidad de locos’) es expresión de un Grisham distinto al de la novela policiaca o el ‘thriller’ sociopolítico.
Rechazo al aborto
Por esa orientación ‘progresista’ resulta más llamativa la rotundidad con la que, en la entrevista, opina contra el aborto. No es contrario a que sea legal (de hecho, afirma que en esa «decisión» no debe entrar «ningún gobierno, ningún legislador, ningún juez», lo cual en términos políticos le convierte en abortista), pero al menos no disimula la naturaleza de esa acción… y le repele.
El tema surge a raíz de un caso que llegó a su despacho de abogado cuando era muy joven: una familia bautista muy devota cuya hija de 15 años había quedado embarazada y querían asesoramiento para llevar el embarazo de forma discreta y proceder a la adopción.
«Fue entonces cuando me di cuenta de lo que estaba en juego con el aborto», explica: «Me opongo al aborto. No quería que esa cría abortara porque el bebé iba a estar sano y se convertiría en un gran regalo para otra persona. Ocurrió así: la niña pudo irse a vivir con una tía a otro pueblo, cuidó bien al bebé un tiempo y lo dio en adopción. Después regresó, la familia se unió y la iglesia los acogió. Sacamos lo mejor posible de una mala situación y alguien crió a un hermoso bebé. Pero hubo momentos en los que pensé que la solución era el aborto».
Posteriormente, Marchese le pregunta si se opone al aborto por factores religiosos: «Más bien porque nunca he podido soportar la idea. Supongo que probablemente sean motivos religiosos los que están detrás. Pero al mismo tiempo, uno no sabe qué haría hasta que está en esa situación».
Por fortuna para la joven de Mississippi, cuando él se vio en esa situación aconsejó a la familia involucrar a su pastor en una decisión que salvó la vida al bebé.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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