26/04/2025

«El Espíritu Santo gobierna la Iglesia».

Así dicen muchos, pero sin explicar cómo. O pretendiendolo explicar erradamente Y, por tanto, la lían más de lo que pretenden aclarar.

Y voy a intentar situar esa expresión; porque dicha de ese modo, y sin poner los pies en el suelo, como mínimo es engañosa. Y, además, cercena la Verdad Católica. Y yerra.

Vamos a ver: Dios -Padre, Hijo y Espíritu Santo-, gobierna todo, de modo absoluto, pues todo lo ha creado: desde lo más material, a lo más «inmaterial»; entendiendo por esto último los Ángeles, el Cielo, la Iglesia, los Sacramentos…, y por supuesto, al hombre.

Por tanto, decir que el Espíritu Santo «gobierna la Iglesia», es una pura evidencia, cuando no una perogrullada: Él es Dueño y Señor de Cielos y Tierra; y sólo el Dueño y Señor puede Gobernar per se per prius. O sea, de modo absoluto-absoluto. Y perdón por la expresión.

Ahora bien: la Iglesia la gobierna el Espíritu Santo…, contando con los instrumentos previstos por Él: en concreto, la Jerarquía, a todos los niveles; que son Jerarquía y Gobiernan tras ser Ordenados con el Sacramento necesario y oportuno del Orden Sacerdotal.

Sin el Orden Sagrado NO se entra a formar parte de la Jerarquía. Al menos, hasta hace cuatro días…

Que ejercen esa Potestad con la libertad que caracteriza a las personas. Una libertad, bien nos consta, que puede ser puesta al Servicio de Dios, o al servicio del Demonio; pasando, en este caso por el servicio, tan a la mano, de las máximas mundanas.

Cuántas veces nos advierte Cristo al respecto! Y nos previene y alerta que una cosa es estar en el mundo, y otra, bien distinta, ser mundanos: No podéis servir a dos señores…

Por tanto y como primera conclusión válida: Si el Espíritu Santo gobierna la Iglesia, en Ella sobra toda la Jerarquía.

Pasa lo mismo cuando se dice: «al Papa lo elige el Espíritu Santo». Si ésto es así, sobran los Cónclaves Electivos, las votaciones y las fumatas. Y mucho más aún sobran todos los Cardenales.

Con estas formas de hablar, va a resultar que ha sido el Espíritu Santo el que ha señalado como «conejas» a las casadas con hijos: muy en especial a las madres de familia numerosa, que son un tesoro para la Iglesia; y para la Sociedad, por supuesto.

O el que ha montado el sínodo de la sinodalidad sinodal sinodalmente no-sinodal. O así.

El Señor, como define de Fe el Concilio Vaticano I, sólo hace Suyas, y así lo proclama la Iglesia asistida por el Espíritu Santo -ahora SÍ-, las Proclamas Solemnes, en materia de Fe y Costumbres.

Es lo que llamamos y definimos, en la Iglesia, como Magisterio Extraordinario. Únicamente este Magisterio. Y ningún otro.

Aquí cabe, y sólo aquí, aquello de Jesucristo: Lo que atares en la Tierra quedará atado en el Cielo. Lo que desatares en la Tierra quedará desatado en el Cielo.

Sí alguien cree otra cosa, esa creencia NO es Católica. Es inventada; como tantas otras cosas a día de hoy.

Ésto significa, como segunda conclusión que «NO podemos ser más papistas que el Papa». Ni más católicos, por si alguno no lo pilla, que la Iglesia, antes Católica: hoy, fíjate cómo está el patio!!!

Si la Jerarquía Católica en España ha sido capaz de «vender’ a frailes, basílicas, tumbas de católicos en sagrado doblemente, cementerios y fieles católicos…!!! Pobre Munilla: cómo se ha derrumbado…

También ésto lo ha hecho el Espíritu Santo??? O éste es exactamente «el espíritu» ese, tan famoso como desconocido por camuflado, pero al que se le ve el plumero, que está instalado en la Iglesia Católica desde el CV II???

Las herejías promovidas por Jerarcas las promueve el Espíritu Santo? Y la Descristianización de enteros Países? Y el erial en qué se está metiendo la Iglesia, trabajándolo a conciencia?

Poner a señoras o señoritas al frente de Dicasterios también viene del mismo Espíritu? O es del «espíritu postconciliar?

Alguien podría aclararme estos interrogantes? Lo agradecería de corazón. 

No es que no tenga una opinión formada, sino por tener delante otras opiniones, y poder juzgar con más competencia y mejor juicio.

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