Objetivo, acallar. La definición de lo woke: silenciar, amedrentar, invisibilizar... en este caso llevando una denuncia vaporosa y sin ninguna víctima ni perjudicado al Ministerio de Igualdad, o a algún fiscal.
El abogado y activista LGTB Saúl Castro, del pequeño lobby NoEsTerapia, ha reconocido 3 cosas interesantes en una entrevista con Radio Nacional de España en el programa Las Mañanas:
1) En su «denuncia» entregada al Ministerio de Interior no incluyen ninguna víctima ni persona perjudicada y no les constan terapias concretas en ninguna diócesis;
2) No denuncian «prácticas», sino la «promoción de prácticas», es decir, que en entornos católicos se hable libremente de apostolados católicos como Transformados o Courage; la ley trans de 2023 permite empezar a actuar simplemente acusando de «promoción».
3) Llaman «terapia» a prácticas religiosas que se aplican en la vida cotidiana de muchos cristianos: apreciar la virtud de la castidad, «ritos religiosos diarios» (oración diaria normal), orar a Dios pidiendo que sane heridas interiores o emocionales.
Saúl Castro declara en Radio Nacional de España: «Lo que denunciamos es promoción, no práctica; ‘nosotras’ [un femenino artificioso que usan los militantes de ideología de género] desconocemos si en el ámbito de las parroquias de las siete diócesis denunciadas se realizan terapias de conversión o no, lo que sí denunciamos, porque sí lo sabemos, estuve allí presente con otra compañera en Valencia, es que se promociona un apostolado, una iniciativa religiosa, que se basa en tres pilares: la castidad, la práctica de ritos religiosos diarios y la sanación de heridas interiores que producirían la homosexualidad, y se promociona este itinerario ante la comunidad que vaya, los feligreses que vayan y la gente que captan en la calle, en los eventos que yo estuve había hasta un centenar de personas, para indicar que los homosexuales que quieran pueden salir de la vida gay y pueden llegar a vivir una vida heterosexual, si Jesucristo, siguiendo estos pasos, les enciende la vocación del matrimonio en su interior».
No está muy claro si el abogado y activista ve mal que Jesucristo pueda encender la vocación al matrimonio a alguien y si le parece punible hablar de esa posibilidad.
Además, la misma ley pide que esos «métodos» sean «psicológicos, físicos o mediante fármacos», y dar charlas sobre castidad, amistad cristiana o rezar, o poner vídeos de experiencias espirituales, no es algo «psicológico, físico o farmacológico».
Cuando la periodista de RNE le pregunta si tiene «testimonios que realmente hayan vivido esas prácticas», el activista LGTB admite que no.
«Es que en primer lugar no es necesario, la propia ley trans tipifica como infracción muy grave la promoción de métodos o programas dirigidos a modificar la orientación sexual de las personas. Para esta denuncia no hemos aportado ningún testimonio, porque no es nuestro lugar, es el lugar de las propias víctimas si quieren denunciar ellas les acompañamos. Desconozco si hay víctimas directas en terapias de conversión a raíz de estos eventos», añade.
Saúl Castro explica que con su asociación lleva 4 años investigando estos temas, y que en 2022 vio en Internet los documentales de Transformados. Desde entonces veían noticias por Google Alerts que mencionaran a Transformados. Fue a algunos eventos, los grabó y buscó más materiales en Internet. En su informe menciona las diócesis de Getafe, Alcalá, Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Guadalajara.
Transformados es un apostolado católico que no esconde sus vídeos, sino que los difunde ampliamente, porque en ellos hay personas que dicen que Jesucristo transformó sus vidas y su forma de vivir la sexualidad y la afectividad. En esos vídeos no se habla de ninguna terapia, sino sólo de experiencias espirituales que cambian la mente y el corazón al sentir el amor de Dios. (Lea más sobre Transformados aquí).
Saúl Castro considera que la Ley trans de 2023 copió la fórmula de la ley LGTB de 2016 de la comunidad de Madrid (implantada por el PP de Cristina Cifuentes) y la de otras autonomías, que le parece muy ineficaz a la hora de multar y perseguir a la gente.
«Está prohibido por ley [hacer «terapias»], se establece un sistema sancionador, pero no se ha impuesto nunca ninguna sanción», dice porque no hay obligación de investigar: es cada consejería de Igualdad la que puede decidir si se molesta o no en incoar expedientes sancionadores.
Los medios llevan dos semanas hablando de la «denuncia» que este activista presentó a la Ministra de Igualdad sobre «terapias», pero sin personas perjudicadas, sin testimonios de terapia alguna y simplemente mostrando vídeos de personas que tienen experiencias místicas del amor de Dios que cambia su vida, no parece que el recorrido en los tribunales vaya a ser destacable.
¿Y cómo la ministra juega estas cartas tan malas?
La pregunta entonces sería: ¿cómo es que la Ministra de Igualdad, Ana Redondo, profesora de Derecho Constitucional, presentada en 2023 como un «perfil técnico, jurídico», intenta amedrentar con un dossier que no tiene recorrido jurídico posible?
Muchos, entre ellos, el obispo de Alicante, José Ignacio Munilla, creen que sirve a un doble objetivo: distraer a la opinión pública de los graves aprietos políticos del Gobierno, y tratar de asustar a algunos obispos o católicos amenazando con juicios, aunque sepa que no irán a ningún sitio.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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