La orden Franciscana ha anunciado que abandonará antes de fin de este año la custodia del monasterio de Santo Toribio de Liébana, dedicado al Lignum Crucis, dada la elevada edad de la escasa media docena de monjes que lo habitan y la inexistencia de relevo generacional. Lo peculiar del caso es que el obispo de la diócesis cántabra se ha enterado de la decisión por la prensa.
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