«Quisiera con este Mensaje invitarlos a ser comunicadores de esperanza, comenzando por una renovación de su trabajo y misión según el espíritu del Evangelio«, comenta el Papa Francisco en el mensaje para la 59 Jornada Mundial de las Comunicaciones que se celebró este 24 de enero, fiesta del patrón de los periodistas, San Francisco de Sales, y en el marco del Jubileo de la Esperanza.
Francisco comenzó su mensaje con un repaso de la actualidad del mundo de las comunicaciones «marcado por la desinformación y la polarización, donde pocos centros de poder controlan un volumen de datos e informaciones sin precedentes», dijo el Papa.
Purificarla de agresividad
Francisco advirtió que «con mucha frecuencia la comunicación no genera esperanza, sino miedo y desesperación, prejuicio y rencor, fanatismo e incluso odio«. Y denunciando que «se usa la palabra como un puñal; se utiliza incluso informaciones falsas o deformadas hábilmente para lanzar mensajes destinados a incitar los ánimos, a provocar, a herir». «Ya he afirmado en varias ocasiones la necesidad de ‘desarmar’ la comunicación, de purificarla de la agresividad», dijo Francisco.
El Papa también señaló otro fenómeno que se da en las comunicaciones, «la ‘dispersión programada de la atención’ a través de los sistemas digitales, que, al perfilarnos según las lógicas del mercado, modifican nuestra percepción de la realidad».
Francisco propuso un antídoto: «debemos sanar de las ‘enfermedades’ del protagonismo y de la autorreferencialidad, evitar el riesgo de discursos inútiles. Lo que logra el buen comunicador es que quien escucha, lee o mira pueda participar, pueda sentirse incluido, pueda encontrar la mejor parte de sí mismo y entrar con estas actitudes en las historias narradas. Comunicar de esa manera ayuda a convertirse en ‘peregrinos de esperanza’, como dice el lema del Jubileo».
El Papa animó a los comunicadores «a descubrir y a contar las numerosas historias de bien escondidas entre los pliegues de la crónica». «Esta comunicación puede contribuir a entretejer la comunión, a hacernos sentir menos solos, a descubrir la importancia de caminar juntos«.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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