Ni abusos, ni llamada de atención ni “otras cosas detrás”. El pasado viernes el secretario general de la CEE, Francisco César García Magán, ya expresó que la convocatoria de Francisco a todos los obispos españoles este martes en el Vaticano tendría como fondo la cuestión de los seminarios y que no se veía como un temor. Solo en la rueda de prensa tras las más de dos horas de reunión del Papa con los obispos, sus representantes pudieron confirmar que así fue.
Juan José Omella, Francisco César García Magán y Jesús Vidal fueron quienes informaron a los periodistas sobre un encuentro que comenzó a las 8:00 de la mañana, con unos momentos de oración dirigidos por el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa.
En plena meditación, que giró en torno a Pentecostés y la necesidad y la importancia del encuentro personal con Jesucristo de los sacerdotes y seminaristas, el Papa Francisco se unió al encuentro, que continuó con el saludo del cardenal Omella y el posterior diálogo entre los obispos y el Papa.
La reunión tuvo más de dos horas de duración y su contenido fue tal como indicaba el orden del día, sin sorpresas, pero con una temática no por ello menos relevante: los seminarios, su experiencia pastoral y la importancia de las diversas dimensiones de la formación.
Más concretamente, la “cumbre” tuvo como centro la entrega a los 80 obispos españoles del informe y conclusiones de la visita apostólica a los seminarios españoles que Francisco encargó en noviembre de 2022 a los obispos uruguayos Arturo Eduardo Fajardo y Milton Luis Tróccoli, y que concluyeron en marzo del año pasado.
Entre algunas consignas que se desvelaron tras el encuentro, el Papa Francisco encomendó a los obispos españoles la misión de reagrupar los seminarios para que estén integrados por grupos más numerosos de seminaristas.
También se mencionó la importancia de que los seminarios se caractericen por tres aspectos: «Cercanía con Jesucristo, estar enraizados en la realidad y en la cultura actual, y ser capaces de escucha y de discernimiento».
Se dan un plazo de «más o menos tres años para aplicar las conclusiones», pero aseguran que es «un proceso continuo» que seguirá en marcha cuando pase ese plazo.
«No había otra cosa detrás»
El responsable de coordinar la reforma que deberá concretar lo tratado en esta cumbre será Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid, quien reiteró que más allá de lo mencionado “no se ha tratado específicamente la cuestión de los abusos, aunque está incluida en la formación integral de los seminaristas. Se trata de que todo sacerdote sea una persona madura, libre, capaz de desarrollar una vida plena”.
El cardenal y arzobispo de Madrid, José Cobo, incidió en la hondura y concreción de lo tratado con el Papa.
“Se han dado indicaciones muy concretas que ahora hay que acoger y seguir para hacer seminarios con comunidades formativas más amplias», destacó.
El cardenal Omella se esforzó en incidir que, pese a lo extraordinario de la convocatoria de todos los obispos españoles en Roma, no hubo nada más allá de lo especificado en el orden del día previsto.
“Cuando hay que pensar juntos, dialogar, contrastar, no se puede hacer por videoconferencia, porque no es lo mismo. Creedme que no había otra cosa detrás. Me alegro de haber venido a Roma, aunque me costado, pues nos ha dado mucho optimismo”, concluyó.
En España hay erigidos 86 seminarios, distribuidos en diversas casas de formación. Hay un seminario interdiocesano en Cataluña, 14 seminarios que acogen en sus casas de formación a seminaristas de otras diócesis, y 40 seminarios que acogen a sus propios seminaristas. De estos 40, 29 son de las diócesis y 15 son seminarios Redemptoris Mater. Hay también una comunidad de formación de una realidad eclesial de ámbito diocesano.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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