19/11/2024

El Papa con los jesuitas, en su viaje a Bélgica: Open Arms, clericalismo, mujer y un «pequeño robo»

Como ya es habitual en sus viajes, el Papa Francisco se reunió con 150 jesuitas de Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos. Un encuentro que tuvo lugar la tarde del sábado 28 de septiembre, en el Collège Saint-Michel, una institución educativa católica administrada por la Compañía de Jesús, ubicada en Etterbeek, Bruselas (Bélgica). La Civiltà Cattolica acaba de publicar la charla

«Debo decirles la verdad: una vez aquí cometí un robo. Iba a celebrar la Misa, y vi un paquete de papeles que me llamó la atención. Eran apuntes de clases sobre el libro de Job. Ese año en Argentina yo debía dar clases precisamente sobre Job. Hojeé las páginas y me impresionaron. Al final, me llevé esos apuntes«, comenzó diciendo el Papa.

Un dios pagano gaseoso

A la cuestión sobre la «paganización» de sociedades como la europea, el Papa dijo: «La secularización es un fenómeno complejo. Percibo que a veces debemos enfrentarnos a formas de paganismo. No es necesario una estatua de un dios pagano para hablar de paganismo: el ambiente mismo, el aire que respiramos es un dios pagano gaseoso. ¡Y nosotros debemos predicar a esta cultura con el testimonio, el servicio y la fe! Y desde dentro debemos hacerlo con la oración».

Fuerte clericalismo 

Sobre clericalismo, comentó: «Desafortunadamente, encuentro a menudo un fuerte clericalismo en la Iglesia, que impide este diálogo fructífero. Y, sobre todo, donde hay clericalismo no hay servicio. Y, por favor, ¡nunca confundan evangelización con proselitismo! Es parte de la espiritualidad y la teología de los jesuitas dar espacio al corazón: ¡El Verbo se hizo carne! Pero a menudo, desafortunadamente, no damos el espacio adecuado al corazón. Esta carencia, en mi opinión, es una de las cosas que luego produce formas de abuso».

En este punto, habló de las comunidades sin ministros. «La comunidad es más importante que el sacerdote. El sacerdote es un servidor de la comunidad. En algunas situaciones que conozco en varias partes del mundo, se busca dentro de la comunidad a alguien que pueda desempeñar un rol de guía. Pero, por ejemplo, también hay religiosas que asumen este compromiso. Estoy pensando en una Congregación peruana de monjas que tiene una misión específica: ir a aquellas situaciones donde no hay sacerdote. Ellas hacen de todo: predican, bautizan… Si al final envían a un sacerdote, entonces se van a otro lugar». 

La mujer en la Iglesia

A la hora de hablar del papel de la mujer en la Iglesia, el Papa explicó: «Repito a menudo que la Iglesia es mujer. Veo a la mujer en el camino de los carismas, y no quiero limitar la discusión sobre el papel de la mujer en la Iglesia al tema del ministerio. Luego, en general, el machismo y el feminismo son lógicas de ‘mercado’. En este tiempo, estoy intentando cada vez más incorporar a las mujeres en el Vaticano en roles de mayor responsabilidad. Y las cosas están cambiando: se ve y se siente«.

«La vicegobernadora del Estado es una mujer. Además, el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral también tiene como vice a una mujer. En el equipo para la selección de obispos hay tres mujeres, y desde que ellas seleccionan a los candidatos, las cosas van mucho mejor: son agudas en sus juicios. En el Dicasterio para los Religiosos, la vice es una mujer. La vice del Dicasterio de Economía es una mujer. En resumen, las mujeres están entrando en el Vaticano en roles de alta responsabilidad: continuaremos por este camino. Las cosas están funcionando mejor que antes», añadió.

‘Desafortunadamente, encuentro a menudo un fuerte clericalismo en la Iglesia, que impide este diálogo fructífero’, comentó el Papa Francisco ante los jesuitas. 

«Una vez me encontré con la presidenta Ursula von der Leyen. Hablábamos de un problema específico, y le pregunté: ‘¿Pero cómo gestiona usted este tipo de problemas?’. Ella me respondió: ‘Así como lo hacemos todas nosotras, las madres’. Su respuesta me hizo reflexionar mucho… En nuestra sociedad tan secularizada es difícil encontrar ministros».

Integración… y Open Arms 

«El problema de la migración debe ser abordado y estudiado adecuadamente, y esa es su tarea. El migrante debe ser recibido, acompañado, promovido e integrado. No debe faltar ninguna de estas cuatro acciones, de lo contrario, es un problema serio. Un migrante que no es integrado acaba mal, pero también termina mal la sociedad en la que se encuentra. Piensen, por ejemplo, en lo que sucedió en Zaventem, aquí en Bélgica: esa tragedia es también fruto de una falta de integración. Y esto lo dice la Biblia: hay que cuidar de la viuda, del pobre y del extranjero. La Iglesia debe tomarse en serio el trabajo con los migrantes. Conozco el trabajo de ‘Open Arms’, por ejemplo. En 2013 fui a Lampedusa para arrojar luz sobre el drama migratorio. Pero añado algo que me preocupa y que estoy repitiendo a menudo: Europa ya no tiene hijos, está envejeciendo. Necesita de los migrantes para renovar la vida. Se ha convertido ya en una cuestión de supervivencia».

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»