15/11/2024

El Papa reza por Tierra Santa: «Que los ataques y las armas paren; cada guerra es una derrota»

El Papa Francisco rezó este domingo el Ángelus con los fieles presentes en San Pedro y reflexionó sobre el Evangelio del día (Mt 21,33-43): una «parábola dramática con un final triste».

«El propietario de la viña hizo todo bien, con amor: trabajó con esfuerzo, plantó la viña, la rodeó con una cerca para protegerla, cavó un lugar y construyó una torre de vigilancia. Luego confío la viña a unos viñadores, arrendándoles su preciado y tratándolos de manera justa, para que estuviese bien cultivada y diese fruto», ha explicado Francisco.

Prisioneros de la propia codicia

Aunque todo estaba bien dispuesto, algo salió mal, porque «en la mente de los viñadores se insinúan pensamientos ingratos y ávidos». Los viñadores «deberían estar agradecidos por todo lo que han recibido y por el modo en que han sido tratados. En cambio, la ingratitud alimenta la avidez, y crece en ellos un sentimiento progresivo de rebelión que los lleva a ver la realidad de manera distorsionada, a sentirse acreedores en vez de deudores del propietario que les había dado trabajo».

Jesús «nos recuerda lo que sucede cuando el hombre se cree que se hace a sí mismo y se olvida de la gratitud, olvida la realidad fundamental de la vida: que el bien viene de la gracia de Dios, de su don gratuito».

«Cuando uno olvida esto, termina por vivir la propia condición y el propio límite no ya con la alegría de sentirse amado y salvado, sino con la triste ilusión de no tener necesidad de amor ni de salvación. Uno ya no se deja querer, y se encuentra prisionero de su propia codicia, de la necesidad de tener más que los demás, de querer estar por encima de los demás», señaló el Papa.

Por estas envidias y rencores, «se puede caer en el torbellino de la violencia: Sí, queridos hermanos y hermanas, ¡la ingratitud genera violencia, mientras que un simple ‘gracias’ puede restablecer la paz!«.

Francisco ha dejado algunas preguntas para los fieles: «¿Me doy cuenta de que he recibido la vida como un don, y de que yo mismo, yo misma, soy un don? ¿Creo que todo comienza por la gracia del Señor? ¿Comprendo que soy beneficiario de ella sin méritos, que he sido amado y salvado gratuitamente? Y, sobre todo, ¿sé decir ‘gracias’ como respuesta a la gracia? […] preguntémonos si esa pequeña palabra, ‘gracias’, está presente en nuestras vidas», dijo el Papa.

Puedes ver aquí el Ángelus íntegro del Papa Francisco. 

Francisco también ha pedido rezar por la situación desatada en Tierra Santa, con cientos de muertos a causa de los ataques de Hamas. «Sigo con aprensión y dolor lo que está sucediendo en Israel. Expresó mi cercanía a las familias, rezo por ellos y por los que viven horas de temor y angustia. Que los ataques y las armas se detengan. Que se comprenda que el terrorismo y la guerra no son una solución, sino que solo llevan a la muerte de inocentes. La guerra es una derrota, cada guerra es una derrota, recemos para que haya paz», concluyó.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»