Tras el cambio de poder en Siria, el patriarca caldeno, cardenal Louis Sako, ha expresado su preocupación por las repercusiones en la región y el escepticismo cristiano ante la nueva transición. Ha lamentado la crisis migratoria y la fragilidad de la estabilidad en Irak, abogando por la separación entre religión y estado para fomentar la paz.
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