27/01/2025

El pequeño Alex, de 9 años, le reza a su «amigo» Acutis, y se viste como él «porque curó a su papá»

La vida de Carlo Acutis, que será canonizado este mismo año en Roma, inspira a miles de personas en todo el mundo. Entre ellas se encuentra Alex Espinosa, un niño mexicano de 9 años que considera a Acutis un «amigo» y dice con entusiasmo que quiere ser como él de mayor. El portal National Catholic Register cuenta su historia. 

Carlo Acutis será proclamado santo durante el Jubileo de los Adolescentes, que tendrá lugar en Roma del 25 al 27 de abril de 2025. El arzobispo Domenico Sorrentino, de la diócesis de Asís (Italia), precisó que la ceremonia tendrá lugar la mañana del domingo 27 de abril, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. 

El niño y las maletas para el cielo

Alex Espinosa es el hijo mayor de María y Alejandro Espinosa. Su madre dice que la devoción de la familia por Carlo Acutis comenzó en 2020, el año en que Acutis fue proclamado beato. Aunque sólo tenía cuatro años en ese momento, Alex, al ver el interés mostrado por sus padres, sintió curiosidad por la vida del joven Carlo.

Álex celebró su cumpleaños con una tarta con la imagen de Acutis (foto: María Hermida).

Tras conocer la historia de Acutis y descubrir que vivió «una vida normal, de una manera extraordinaria», el pequeño quedó profundamente impactado. Esa misma tarde, cogió unas maletas y le dijo a su madre: «Tenemos que estar preparados para el cielo, mamá. Tenemos que tener las maletas listas», recordó María.

Alex se propuso compartir la historia de Acutis con sus compañeros de clase. El Día de Todos los Santos, Alex se disfrazó del futuro santo, conocido como «el influencer de Dios». A medida que la devoción del niño por Acutis crecía, su madre comenzó a compartir momentos de la vida familiar en Instagram, lo que despertó el interés de los católicos de todo el mundo.

Gracias a esta devoción, la familia recibió las reliquias de Carlo Acutis, lo que según María, ha sido clave en el crecimiento espiritual de Alex. La madre comentó que su hijo también se animó a «ayudar a los pobres, como lo hacía Carlo, queriendo imitar su vida hasta en lo más pequeño».

Al pequeño le gusta emular a su «amigo» Carlo Acutis (foto: María Hermida).

En diciembre de 2023, el pequeño Álex expresó su deseo de hacer la Primera Comunión «como Carlo Acutis, a los siete años». Así, la recibió dos días antes de cumplir ocho años. Su madre recordó que «fue algo muy especial para él poder decir ‘la hice igual que Carlo Acutis, cuando tenía siete años'».

La devoción de Alex se refleja incluso en pequeños detalles de su vida cotidiana. Celebró un cumpleaños con la imagen de Acutis y su madre dice que aprovechó para compartir la historia del beato con otros niños. María, dijo: «No sé cuánto de todo esto les queda, pero, quieras que no, es un testimonio importante de fe a esa edad«.

En marzo de 2024, al padre de Alex, Alejandro, le diagnosticaron un tumor en uno de sus pulmones. Mientras esperaban el tratamiento, un amigo cercano le ofreció una reliquia de Carlo Acutis. Una noche, Alex comentó: «No me gusta que mi papá sufra». Siguiendo el consejo de su madre, el muchacho pidió a Acutis que intercediera por él ante Jesús.

El padre de Álex se curó de un tumor recientemente (foto: María Hermida).

Esa misma tarde, María colocó la reliquia sobre el pecho de su marido mientras permanecía junto a él en el hospital. A la mañana siguiente, la salud de su marido mejoró notablemente. Los médicos confirmaron que la hinchazón había disminuido drásticamente, lo que permitió programar la cirugía antes de lo previsto.

María afirmó que lo ocurrido fue «un milagro, algo inexplicable», atribuyendo la mejoría a la intercesión de Carlo Acutis y a las oraciones de su hijo. La curación, dice, «fue una respuesta a una oración sincera de un corazón puro«.

Durante un viaje a Asís, los padres de Alex le llevaron un libro que cuenta con detalle la historia de Acutis. Según su madre, esto le permitió al pequeño percibir al beato de una manera «más cercana y real». El niño comentó que «es mi amigo, le rezo. Le gusta el fútbol, ​​la Nutella y los videojuegos».

 

Para María, los niños aprenden observando el cómo los padres tratan a los demás, cómo «nos comportamos en nuestra fe, cómo estamos en la misa, cómo rezamos. Creo que eso tiene mucho que ver». Ella y su marido han hecho de la fe una parte integral de la vida familiar. Lo más importante, según María, es no obligar a los hijos, sino hacer que la fe forme parte de sus vidas «de forma natural y divertida», mostrándoles que «Dios te quiere mucho y hay que darle las gracias».

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»