EL PODER DE UNA CERILLA.

En esta zona de Madrid de vez en cuando se va la luz. Si pasa de día pues a leer un libro y seguir la vida (Un libro es esa cosa con letras que no le hace falta wifi ni enchufarlo para que funcione. Ndt). Pero si es de noche y aún no te has acostado hace falta encender una cerilla, una vela (las linternas nunca tienen pilas), para poder llegar hasta la cama y acostarte.  Cuando todo está sin luz la oscuridad parece amenazante, poderosa, que lo invade todo. Pero una sola cerilla de pronto deslumbra, rompe la oscuridad y va curando nuestra ceguera y vamos distinguiendo contornos y volúmenes de lo que tenemos alrededor.

(Los magos) Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

A los magos les alegró ver la estrella, como una cerilla, y al llegar al portal, descubrieron el amanecer.

Estamos en el año santo de la Esperanza. Estamos en el día de la Epifanía, de la Manifestación de Dios. En Belén a los Magos, en el Bautismo a Juan, en Caná a sus discípulos. Parece que la oscuridad del mundo no puede romperla nada. Puede ser que veamos pequeñas luces que, como cerillas, se encienden un poco de tiempo y se apagan. Pero no esperamos un cargamento de cerillas, esperamos el amanecer del que es luz de luz. ¡Levántate y resplandece, Jerusalén, porque llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!

Las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, y su gloria se verá sobre ti.

Caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora.

La noche se puede hacer muy larga, pero siempre llega el amanecer. Si los Magos llegaron guiados por una estrella nosotros dejémonos guiar por María, nuestra estrella, y llegaremos a ver la gloria del Señor. No perdamos nunca la esperanza, no flojeemos en la fe, que brille nuestra caridad y contemplaremos a Cristo reinando sobre todos, la luz del mundo, que es nuestro gran regalo.