Tras un tiempo de deliberación, la Iglesia en Brasil ha determinado que las cuatro fachadas principales del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida no serán adornadas con los mosaicos de Marko Ivan Rupnik, expulsado de la Compañía de Jesús tras ser considerado autor de abusos sexuales contra monjas que habría cometido durante largos años.
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