El Papa ha designado al toledano Alejandro Arellano Cedillo, arzobispo en la Curia romana y decano del Tribunal de la Rota Romana desde 2021 para que sea su comisario pontificio plenipotenciario y delegado de la Santa Sede para «el complejo de Torreciudad».
En septiembre el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, anunció que había puesto «en manos de la Santa Sede la solución a las diferencias de criterios con la Prelatura del Opus Dei acerca de la regularización jurídica, canónica y pastoral de Torreciudad».
El obispo de Barbastro entregó su petición a la Secretaría de Estado y al Dicasterio para el Clero, con documentación relativa «a la relación contractual sobre este enclave diocesano desde 1962, así como la veintena de reuniones mantenidas a lo largo de los cuatro últimos años entre ambas partes».
El obispado, que aún no considera oficialmente Torreciudad como un santuario, declaraba que Roma podría atender «desde la petición de novación contractual por parte de la Prelatura en 2020, una oportunidad para regularizar el estatus de Torreciudad y erigirlo, canónicamente, como santuario».
200.000 visitantes al año
La realidad es que por Torreciudad pasan unas 200.000 personas al año, que dejan un beneficio económico, aunque se puede debatir cuánto y cómo se aplica al sostenimiento del lugar y a la evangelización. Apoyan al santuario unos 600 voluntarios-delegados (donantes generosos en tiempo y dinero) de todo el mundo.
El Opus Dei asegura que las visitas sólo cubren un 30% de los gastos del santuario (donde trabajan 35 personas) y que el resto lo consiguen con fundaciones, donativos generosos, el impulso de esos delegados, etc… muchos de los cuales, se deduce, están espiritualmente ligados al Opus Dei.
El Opus Dei y el obispado firmaron un contrato en 1962 para la gestión del templo. Desde hace dos años hay un conflicto sobre cómo renovar la relación entre el «enclave» y la diócesis. Antes de verano de 2024 parecía que las partes se acercaban a un acuerdo, pero al final no se consiguió y el obispo acudió a Roma.
Comisario plenipotenciario
Ahora la Santa Sede designa al jurista canónico y arzobispo Alejandro Arellano Cedillo como «comisario plenipotenciario». Se entiende que investigará y tomará decisiones sobre Torreciudad, siendo sus decisiones sobre el tema de mayor rango que las del rector del santuario o incluso las del obispo. Pero es por fuerza una medida temporal: Arellano no puede estar al frente del santuario indefinidamente.
El Papa saluda a Alejandro Arellano en su nombramiento en 2021 como Rector de la Rota Romana. Tres años después, le encarga reconducir la situación atascada en Torreciudad.
Alejandro Arellano Cedillo nació en Olías del Rey (Toledo) en 1962 y es decano del Tribunal de la Rota Romana, desde marzo de 2021. Pertenece a la Confraternidad Sacerdotal de los Operarios del Reino de Cristo. Estudió en la Facultad de Teología del Norte de España y se licenció y doctoró en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana.
Tras su paso por el Tribunal de la Rota en España y como juez diocesano en Toledo y Getafe, en 2007, el Papa Benedicto XVI lo nombró prelado auditor del Tribunal de la Rota Romana. Ha trabajado los temas de dispensas de matrimonios no consumados y de obligaciones del diáconos y sacerdotes.
En mayo de 2021 también fue nombrado presidente de la Corte de Apelaciones del Estado de la Ciudad del Vaticano. En 2022, por ejemplo, presidió el Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano que confirmaba la condena por blanqueo de capitales y malversación de los dirigentes del Banco Vaticano Caloia y Liuzzo. Fue consagrado arzobispo en la catedral de Toledo en febrero de 2023 de manos del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano.
A partir de ahora, todo el debate entre el Opus Dei y la diócesis de Barbastro sobre Torreciudad deberá pasar por sus manos, su atención y sus decisiones.
(Noticia en elaboración…)
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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