Este miércoles 4 de octubre ha empezado el Sínodo de la Sinodalidad, que implica dos grandes etapas de reuniones en el Vaticano: una ahora, a lo largo de octubre de 2023, y otra dentro de un año, en octubre de 2024. Los textos que se puedan ir conociendo de los Padres (y Madres) sinodales son solo reflexiones «de trabajo» y en cualquier caso nada tendrá autoridad hasta contar con la firma del Papa, probablemente en 2024.
«Que nadie invoque fuego para consumir al que difiere»
Con Roma llena de obispos de todo el mundo, de cardenales de lugares exóticos (incluyendo los 21 creados el pasado fin de semana) y delegados de movimientos, asociaciones y congregaciones, los cardenales dejan caer ideas y orientaciones a la prensa, o bien en sus homilías en las basílicas que tienen encomendadas. Por lo general, insisten en que «sinodalidad es caminar juntos» y no mucho más. Pero algunos dan más detalles.
En su misa en el Palacio Romano de Propaganda Fide, el cardenal filipino Luis Tagle añade que «caminar con Jesús en misión no es un paseo por el parque». Luego, citando el episodio del Evangelio del día, comenta: «Durante el Sínodo podemos esperar que surjan ideas distintas e incluso contrapuestas. ¡Esperamos que nadie invoque el fuego del cielo para consumir a los que difieren de él!»
Tagle propone el modelo de Jesús que «camina pacientemente, sin forzar a los que no están preparados».
Vídeo breve de promoción del Sínodo de la Sinodalidad:
Preguntas «para transmitir el mensaje»
Muchos delegados sinodales han participado en unos encuentros espirituales el lunes y martes en la Domus Fraterna de Sacrofano, que concluyeron con una misa presidida por Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre (Brasil) y presidente del CELAM (el episcopado latinoamericano). «Nos encontramos acá para construir una mayor sintonía con el Espíritu del Señor: ¡Él quiere hablar a la Iglesia! ¡El siempre habla a la Iglesia!«, afirmó.
«El Crucificado-Resucitado nos acompaña y nos pide que nos escuchemos unos a otros. Y escuchándonos unos a otros, sondear qué horizontes, caminos, caminos inspira el Espíritu para la Iglesia del presente y del futuro».
Después planteó una serie de preguntas: «¿La fe cristiana todavía encuentra espacio en la sociedad actual? ¿Encuentra la comunidad de fe un lugar y un espacio en la cultura actual? ¿Qué idioma, lenguaje, debemos utilizar para transmitir el mensaje? ¿Cuáles serían las instancias necesarias para que se consolide la comunión, la misión y la participación? ¿Qué ministerios se necesitan?»
Una de las meditaciones (la sexta) del retiro para participantes en el Sínodo de la Sinodalidad en la Fraterna Domus:
Muchos participantes: mesas de doce
Desde el Vaticano se insiste en que el Sínodo de la Sinodalidad busca «desarrollar la dimensión sinodal en la vida de la Iglesia» y que consiste sobre todo en escuchar al Espíritu Santo.
Pero la sensación que tiene casi todo el mundo es que es un espacio de debate que distintas facciones van a usar para presentar y difundir sus propuestas de cambios doctrinales o disciplinarios, especialmente las del ala más liberal de la Iglesia, encarnada por muchos delegados alemanes y algunos norteamericanos.
El logotipo del encuentro representa personas que caminan juntas bajo un árbol similar a una custodia, con colores y viento que representan al Espíritu Santo, diseño de Isabelle de Senilhes.
Hay muchos más participantes en este Sínodo que en ocasiones anteriores: se reunirán en el Aula Pablo VI y se sentarán en mesas redondas de 12 personas, número que evoca al de los Apóstoles y las tribus de Israel.
Los asistentes incluyen 364 con derecho a votar párrafos y textos, de los que 54 son mujeres, incluyendo laicas y religiosas. Es la primera vez que en un Sínodo hay mujeres con derecho a votar documentos.
En la presidencia del encuentro hay también dos mujeres, religiosas: Dolores Palencia, mejicana, de la Congregación de las Hermanas de San José de Lyon, y Momoko Nishimura, japonesa, de los Servidores del Evangelio de la Misericordia de Dios.
En teoría, los padres sinodales deberían trabajar a lo largo de estos días en estas 15 preguntas «de trabajo». Son suficientemente amplios para que entre casi cualquier tema, aunque la mayoría puede aplicarse a asuntos de reorganización eclesial y replanteamientos sobre el papel del obispo.
1. ¿Cómo alimenta la comunión en una Iglesia sinodal el servicio de la caridad, el compromiso por la justicia y el cuidado de la casa común?
2. ¿Cómo puede una Iglesia sinodal hacer creíble la promesa de que “el amor y la verdad se encontrarán” (Sal 85,11)?
3. ¿Cómo puede crecer una relación dinámica de intercambio de dones entre las Iglesias?
4. ¿Cómo puede una Iglesia sinodal cumplir mejor su misión mediante un compromiso ecuménico renovado?
5. ¿Cómo reconocer y aprovechar la riqueza de las culturas y desarrollar el diálogo con las religiones a la luz del Evangelio?
6. ¿Cómo caminar juntos hacia una conciencia compartida del significado y el contenido de la misión?
7. ¿Qué hacer para que una Iglesia sinodal sea también una Iglesia misionera “totalmente ministerial”?
8. ¿Cómo puede la Iglesia de nuestro tiempo cumplir mejor su misión mediante un mayor reconocimiento y promoción de la dignidad bautismal de las mujeres?
9. ¿Cómo valorar el ministerio ordenado, en su relación con los ministerios bautismales, en una perspectiva misionera?
10. ¿Cómo renovar y promover el ministerio del obispo en una perspectiva sinodal misionera?
11. ¿Cómo renovar el servicio de la autoridad y el ejercicio de la responsabilidad en una Iglesia sinodal misionera?
12. ¿Cómo hacer evolucionar prácticas de discernimiento y procesos de toma de decisiones de una manera auténticamente sinodal, realizando el protagonismo del Espíritu?
13. ¿Qué estructuras desarrollar para consolidar una Iglesia sinodal misionera?
14. ¿Cómo configurar instancias de sinodalidad y colegialidad que impliquen a agrupaciones de Iglesias locales?
15. ¿Cómo reforzar la institución del Sínodo para que exprese la colegialidad episcopal en una Iglesia sinodal?
Misa de inicio del Sínodo de la Sinodalidad el 4 de octubre en San Pedro del Vaticano:
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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