En Fátima reabre la Casa de la Hermana Lúcia, como museo renovado visitable
Tras varios meses cerrada en obras de renovación, desde el 5 de julio vuelve a estar abierta la casa de la Hermana Lúcia de Fátima en la aldea de Aljustrel, donde la vidente nació y vivió hasta los 14 años. Se puede visitar diariamente entre las 9:00 y las 12:45 y entre las 14:00 y las 17:45. La entrada es gratuita.
Al acto de reapertura acudieron peregrinos, miembros de las comunidades religiosas de Fátima y algunos invitados, con el rector del Santuario de Fátima, el padre Carlos Cabecinhas, quien destacó el significado de ese lugar mariano. «Este es uno de los espacios más emblemáticos de la aldea de Aljustrel, un espacio que atrae anualmente un número muy significativo de visitantes tocados por esta figura única de Sor Lucía y por la fuerza del Mensaje de Fátima», afirmó.
Así se ve la casa de la Hermana Lúcia de Fátima nada más entrar.
Las obras fueron necesarias «por la imperiosa necesidad de garantizar la conservación de la estructura del edificio». Se ha aprovechado para revisar «el lenguaje museístico de la casa». Allí los visitantes encuentran la memoria de la Lúcia niña y adolescente, la vidente.
Los peregrinos venían ¡cuando la vidente aún vivía allí!
Marco Daniel Duarte, director del Museo del Santuario de Fátima y coordinador del nuevo proyecto museográfico de la Casa de la Hermana Lúcia recuerda que los peregrinos acudían a esta casa desde el principio, cuando la muchacha aún vivía allí. Ya anciana, la religiosa donó la casa al Santuario, en 1981, con la condición de que su hermana María dos Anjos permaneciera allí hasta el final de su vida.
El director del museo defiende una «museología del silencio» para este tipo de lugares. «Las casas museo viven por sí mismas y por el testimonio que dan como lugar de memoria, a través de sus paredes y del mobiliario que las componen», asegura.
Muchos objetos cotidianos de la casa se han recuperado, restaurado y documentado.
El obispo de Leiria-Fátima, José Ornelas, ligó el lugar con la necesidad de «hacer memoria», cuyo papel no es paralizarnos, «no es dejarnos mirando hacia atrás, sino inspirarnos».
La casa-museo que ahora se presenta mantiene la configuración de una residencia rural de finales del siglo XIX, principios del XX, siendo visitables los distintos espacios en los que se divide: tres dormitorios, cocina, cuarto de telares, almacén y espacio del horno.
Muebles restaurados y la presencia de Lúcia
Los especialistas se volcaron en un fuerte trabajo de documentación en las fuentes, incluyendo «los recuerdos de la propia Sor Lúcia, y también algunas cartas en las que describe, convenientemente, habitación por habitación, lo que existía en cada una de ellas». Varios muebles fueron también restaurados.
Los visitantes son recibidos por la fotografía más famosa de la niña vidente, tomada en 1917.
Marco Daniel Duarte recuerda que «la madre de Lúcia era la catequista local y sabemos que en esta casa había libros. Muchas veces miramos este lugar como un lugar inhóspito, perdido en la montaña, donde no llegaba la cultura, donde no llegaban las letras religiosas ni las profanas. De hecho, sabemos que no es así”, afirma Marco Daniel Duarte.
El proyecto del museo fue coordinado por Marco Daniel Duarte y la museografía estuvo a cargo del autor del proyecto de recalificación, el arquitecto Humberto Dias, asistido por el ingeniero Luís Andrade, del Departamento de Construcción y Mantenimiento del Santuario de Fátima, y por la conservadora-restauradora Ana Rita Santos, del equipo de Conservación y Restauración del Museo Santuario de Fátima.
(Publicado originariamente en el portal de noticias marianas CariFilii.es).
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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