Tres niños cristianos murieron en Pakistán tras ingerir dulces envenenados usados como cebo para perros callejeros. Defensores de los derechos humanos denuncian la negligencia estatal que refleja la discriminación sistemática contra la comunidad cristiana. Exigen justicia, reformas profundas y protección real ante un sistema que margina y deshumaniza a las minorías religiosas.
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