No se si hoy lloverá o no, pero el brazo me dio ayer un día interesante. Un dolor bastante más intenso que otros días y tener que recordar siempre que a mal tiempo buena cara. Así que hoy el comentario cortito.
¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?
Muchas veces tengo que escuchar, hasta de mis propios labios, que la situación está fatal. Y nos dedicamos a contemplarlo desde la barrera o a quejarnos en la sobremesa. Ante un tsunami de corrupción, falsedad, engaño y pecado no podemos quedarnos en la queja o la crítica estéril. Hay que crecer en santidad, en verdad, en cercanía a Dios. En tomar fuerzas en ese Corazón de Cristo que nos recomienda el Papa y lanzarnos a cambiar el mundo. ¡Pero yo puedo hacer poco! Pues haz ese poco que el Señor pondrá el resto. No podemos quedarnos en juicios vacíos o en falta de juicio, sino poner en Dios nuestra justicia.
Maria, madre nuestra, danos fuerza para anunciar a todos el Evangelio.
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