RoRo, Rocío López Bueno es una joven española de 22 años a la que le gusta cocinar todo tipo de platos de comida a su novio Pablo. Algo que no tendría ningún misterio si no fuera por el gran debate que se ha suscitado desde que la influencer, con tres millones de seguidores en TikTok y 701.000 en Instagram, no dejara de recibir críticas por lo que el sector más feminista de la sociedad considera, dicen ellos, un «ejemplo de sumisión».
La tiktoker, que estos días recorre los platós de televisión de entrevista en entrevista, se dedica, en su exitoso canal, a cocinar pasta, bocadillos exquisitos o guisos a partir de unos pocos ingredientes. Una afición bastante convencional, que no habría despertado tanto interés si no fuera porque alguien pretende convertirla en un espantajo con el que atacar los valores de entrega recíproca que se dan en la familia tradicional. O, quizá, la propia RoRo sea una parodia de ello, no lo sabemos.
@roro.bueno Dentro de poco os subo las recetas y las cantidades a mi ig😉 #homemade #cannoli #recetafacil #recetarapida #comidacasera #foodtok #parati #comida #receta ♬ Just Give Me One More Day – Alej
Por su parte, Pablo Santos, el novio de RoRo, no es creador de contenido, pero su cuenta de Instagram ya supera los 11 mil seguidores, debido a lo mucho que se ha hablado de esta pareja. Aunque se sabe poco de este chico, él mismo ha confesado que algunos le dicen por la calle que «haga algo», porque creen que su novia hace todo por él, y que, para comerse todo lo que le prepara su novia, «debe ir al gimnasio para mantenerse en forma».
Los vídeos de RoRo, para sorpresa de muchos, no dejan indiferente a nadie. Mientras unos la insultan, otros usuarios la defienden y señalan al feminismo como el gran culpable de haber puesto a la joven y a su pareja en el punto de mira.
Un ejemplo es la también influencer Maricel Freire, que ha comentado en su cuenta de X:
Es un personaje, «no vive para él»
Pero RoRo, a la que, también, suelen gritar «sumisa, no te queremos aquí», en realidad, no sería lo que algunos quieren hacer pasar como una «tradwife». Primero, porque no es «wife», no es esposa, ya que no está casada –convive con Pablo– y, segundo, porque no comparte los valores de las llamadas «madres tradicionales».
Es más, la joven señala que «se trata de un personaje y que no vive por y para Pablo». «Estoy haciendo una receta para mi novio, no significa que las mujeres se tengan que poner a cocinar, que los valores tradicionales sean los mejores ni que yo sea una ama de casa«, ha declarado en una entrevista tras el debate abierto por sus vídeos.
Una definición, la de «tradwife» que llegó de Estados Unidos, siendo la abreviatura de Tradicional Wife, en español, esposa tradicional. El encarecimiento de la vida en Occidente, un alquiler de la vivienda que está por las nubes o unos sueldos medios bastante precarios, hacen que, entre otras muchas cosas, desde los años 50 del siglo pasado se ha producido una incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral.
Como ya señaló León XIII, al indicar que un sueldo justo es aquel que alcanza para mantener todo un hogar, hoy en día, suele ser habitual que los dos padres trabajen fuera de casa para poder llegar a fin de mes. Sin embargo, para sorpresa de ese feminismo que anhela retirar toda seña femenina de la mujer, hay estudios que defienden que en una situación ideal los jóvenes seguirían eligiendo que el hombre trabaje fuera y la mujer lo haga en casa.
¿Si la mujer pudiera elegir?
En un estudio de Dernberger & Pepin, del año 2020, se encontró que, si bien se registran cambios de actitudes, todavía los jóvenes prefieren la fórmula tradicional. Los investigadores analizaron datos de una encuesta a nivel nacional que se realizó anualmente en Estados Unidos entre 1976 y 2014. La encuesta se distribuyó entre estudiantes del último año de secundaria en 133 escuelas de todo el país.
Se les dijo a los estudiantes que imaginaran que estaban casados y que tenían al menos un hijo en edad preescolar. Luego, les fueron presentados seis formas de organizarse de trabajo diferentes y se les pidió que seleccionaran si cada opción era «nada aceptable», «algo aceptable», «aceptable» o «deseable».
Estas fueron las opciones que preguntaron a los alumnos:
1-El marido trabaja a tiempo completo fuera de casa mientras la mujer se queda en casa.
2- La mujer trabaja a tiempo completo fuera de casa mientras el marido se queda en casa.
3- Ambos miembros de la pareja trabajan a tiempo completo fuera de casa.
4- Ambos miembros trabajan a tiempo parcial.
5- El marido trabaja a tiempo completo mientras que la mujer trabaja a tiempo parcial
6- La mujer trabaja a tiempo completo mientras el marido trabaja a tiempo parcial.
Después de trazar los datos, las respuestas dieron que, en cada encuesta, la opción que recibió la mayor cantidad de votos de «deseable» consistió en que el hombre trabajara a tiempo completo y las mujeres permanecieran en casa. La opción que recibió la mayor cantidad de votos de «aceptable» implicaba que el marido trabajara a tiempo completo y la mujer trabajaba a tiempo parcial.
En este punto, es interesante saber lo que escribió San Juan Pablo II, en su Carta a las Mujeres de 1995, sobre la presencia de éstas en la sociedad. «Te doy gracias, mujer-madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto de una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida. Te doy gracias, mujer-esposa, que unes irrevocablemente tu destino al de un hombre, mediante una relación de recíproca entrega, al servicio de la comunión y de la vida«.
👀 Roro, la influencer criticada en redes por cocinar para su novio Pablo: «Nos cuidamos mutuamente, no es nada malo».
Ha respondido en #YASVerano ▶️ https://t.co/Hh4WvlSt55 pic.twitter.com/lUCkDL6nH2
— Y Ahora Sonsoles (@YAhoraSonsoles) July 25, 2024
«Te doy gracias, mujer-hija y mujer-hermana, que aportas al núcleo familiar y también al conjunto de la vida social las riquezas de tu sensibilidad, intuición, generosidad y constancia. Te doy gracias, mujer-trabajadora, que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de la vida siempre abierta al sentido del ‘misterio’, a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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