El 2 de febrero de 2024, 90 eclesiásticos, investigadores y autores publicaron un texto titulado “Llamamiento filial” dirigido a los obispos y cardenales de la Iglesia para pedirles, por un lado, que prohíban la aplicación de la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) en sus diócesis y, por otro lado, que pidan a Francisco que retire este documento.
Esta iniciativa fue publicada en distintos idiomas por varios sitios conservadores como: LifeSiteNews, Infovaticana.com, Katholisches.info, Sandro Magister, Crisis Magazine, InfoCatolica, Edward Pentin y otros.
El documento permanecerá abierto para ser firmado hasta el 15 de febrero. Infovaticana anunció el 6 de febrero que monseñor Joseph Strickland, exobispo de Tyler, Texas, había dado su consentimiento.
Una Declaración enérgicamente cuestionada.
El Llamamiento señala, en primer lugar, la ola de rechazos que se ha extendido por el mundo católico, particularmente en el continente africano. Pero la protesta no se limita a África: varias conferencias episcopales europeas (Ucrania, Polonia, Hungría, Francia, Países Bajos) se han opuesto a ella optando por no aplicarla.
Los cardenales han protestado más o menos enérgicamente. Otros obispos locales y asociaciones sacerdotales también han rechazado el texto romano. El Llamamiento señala que “nunca, en la historia de la Iglesia católica, un documento del magisterio romano había sido objeto de un rechazo tan fuerte”. Incluso… tomando en cuenta el rechazo hacia la encíclica Humanae vitae de Pablo VI.
Al contrario, los autores señalan que el documento fue recibido muy favorablemente por los pocos episcopados y prelados que, durante décadas, han abogado abiertamente por un cambio en la doctrina sobre la moral sexual. Lo que plantea interrogantes sobre la ortodoxia de Fiducia supplicans (FS).
El Llamamiento continúa rechazando el intento de disyunción entre doctrina y liturgia o pastoral. Su vínculo es esencial y separarlas es una imposibilidad, porque “en el lenguaje universal de la humanidad, siempre implica una aprobación de lo que se bendice”. El resultado es que FS hace creer “al mundo entero” que las parejas irregulares “serán en adelante aceptables ante Dios”.
En cuanto a querer distinguir a la “pareja” de la “unión”, como explicó el cardenal Víctor Fernández, se trata de un juego de palabras “ya que una pareja es pareja por la unión que le da existencia”. Sin embargo, lo que sucede es que «un sacerdote bendice a dos personas que se presentan como una pareja», y «una pareja definida por su relación objetivamente pecaminosa».
En la práctica, «el mensaje que realmente se está enviando, y que el pueblo de Dios y el mundo entero inevitablemente registrarán, y ya están registrando, es este: la Iglesia católica finalmente ha evolucionado y ahora acepta las uniones homosexuales, y de forma más general las extramatrimoniales».
Por eso los autores piden a los pastores: (1) “que sigan el valiente ejemplo de tantos hermanos obispos en todo el mundo: prohibiendo inmediatamente la aplicación de este documento en su diócesis”. Y (2) que pidan al Papa que retire urgentemente este lamentable documento, que está en contradicción con la Escritura y la Tradición y que claramente produce un grave escándalo.
Una «respuesta» del Papa
En una entrevista concedida a la revista Credere, que se publicará en el número del 8 de febrero, Francisco retoma la cuestión de las bendiciones y repite lo que ya había afirmado durante su audiencia con el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, es decir, que no bendice “un matrimonio homosexual”, sino a “dos personas que se aman, y les pido que oren por mí también”. Y añade: «Escandalizarse por tal bendición… es hipocresía».
Por lo tanto, el Llamamiento tiene muy pocas posibilidades de ser escuchado por Francisco, que no tiene intención de ser cuestionado.
Fuentes: InfoCatolica/LifeSiteNews/Vatican news – FSSPX.Actualités
Imagen: Screenshot catturato dal sito mediasetinfinity.mediaset.it, CC BY-SA 4.0 , via Wikimedia Commons
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