El Prefacio de la Misa de difuntos tiene estas hermosas palabras sobre la muerte de los creyentes: «La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma, y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo».
More Stories
15 de septiembre: NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
15 de septiembre: San Aicadro, el santo «de las cosas cotidianas» que tenía sueños premonitorios
El Patriarca Latino de Jerusalén pide que los cristianos puedan vivir como ciudadanos libres en Israel