Un día después del fallecimiento del Papa Francisco, los medios de información vaticanos hacían públicas las que Salvatore Cernuzio definía como sus “últimas palabras”. Unas últimas voluntades que se resumían en un agradecimiento a quienes durante su convalecencia en el Gemelli e incluso mucho antes habían velado por su salud y persona. Entre ellos, Massimiliano Strappetti, el enfermero que –como él mismo dijo una vez– le salvó la vida al sugerirle la operación de colon y a quien el Pontífice nombró después su asistente sanitario personal en el 2022.
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