27/12/2024

Hay dos Iglesias que chocan, pero el director de ReligiónEnLibertad señala una tercera alternativa

La Universidad CEU Montepríncipe, en Madrid, acogió del 27 al 30 de junio el gran encuentro de nueva evangelización Transforma 2024. Que este año tuvo una gran novedad: acudieron seis obispos, y varios se sentaron en una mesa redonda en la que Álex Rosal, director de Religión En Libertad, lanzó varias preguntas sobre renovación de las parroquias y las diócesis, sobre liderazgo, comunidad y discipulado. 

Al día siguiente, el director de ReL ofreció una charla titulada «Dos Iglesias, un resto», en la que habló, entre otras cosas, sobre los retos de la Iglesia actual y de la división entre los que quieren llevar a la Iglesia al pasado y los que quieren que, dentro de ella, tenga cabida absolutamente todo. Pero Rosal no se quedó ahí y ofreció una alternativa a estas dos corrientes: una Iglesia donde el Espíritu sea protagonista y los seglares tomen la iniciativa

Crece la Viña… pero faltan obreros

«Os quería comentar dos noticias, una buena y otra mala. La noticia buena es que somos en el mundo 1390 millones de bautizados católicos, y que eso nos constituye en la primera comunidad creyente del mundo, la más consolidada y con la con la expectativa más grande de crecimiento«, comenzó diciendo Rosal.

«Eso supone que en el año 70 éramos apenas 600 millones de católicos y, ahora, hemos doblado a 1390. En apenas 24 años, en este siglo XXI, hemos crecido en la Iglesia 340 millones, que viene a ser la población total de Estados Unidos. En solo 24 años, un Estados Unidos entero, podríamos decir, se ha incorporado a la Iglesia católica. Cada año, la Iglesia crece en 15 millones de bautizados. Lo que equivale a la población de Holanda o de Chile. Cada día crece lo que sería la población de Soria, 42.000 habitantes», añadió.

Para Álex, el caso más paradigmático es el del continente africano. «África es el continente con mayor crecimiento de la iglesia. En el año 1900 apenas eran 2 millones de católicos y hoy son ya 200, y en 15 o 20 años se espera que tenga más católicos que toda Europa. Si tradicionalmente decíamos que en el mundo los países que destacaban por su catolicidad eran España, Portugal, Italia o Polonia, en 15 o 20 años hablaremos de que los países punteros en la Iglesia serán Tanzania, Congo, Uganda o Nigeria. Ninguno de los que estamos aquí teníamos en la cabeza la progresión de esa población», señaló.

Alabanza durante el encuentro Transforma 2024.

Sin embargo, en este punto, Álex aporta la principal mala noticia. «La mala noticia es que en el mundo solo hay 407.000 sacerdotes, ya sean religiosos o diocesanos. Con lo cual, nos crea un cierto vértigo. ¿Cómo podemos evangelizar a esos 1.390 millones de bautizados católicos con tan pocos obreros en la Viña del Señor? Eso nos da vértigo y nos impulsa a preguntarnos qué podemos hacer», comentó el director de ReL.

«Cuando hay nerviosismo en la Iglesia se suele preguntar a los ‘pastoralistas’, que son los que tienen las soluciones. Cuando decrecen los fieles se le pregunta a los ‘pastoralistas’ qué hay que hacer y estos, desde hace décadas, hacen encuestas entre la gente, y preguntan cómo puede ser una Iglesia más atractiva al mundo. La gente responde, ‘pues el cura tiene que ser más simpático’, ‘hay que quitar tal norma’… Cosas que pueden razonables pero que no son palabra de Dios y que hay que filtrarlas adecuadamente», advierte Rosal.

Del envejecer a la Iglesia al vale todo

Una actitud, la de confiar en «expertos», que denota una falta de confianza en Dios, según Álex. «Este nerviosismo y estas dinámicas lo que denota es que confiamos más en nuestras propias seguridades y en lo que podemos hacer, que en estar atentos a lo que nos dice el Señor. A mí me gusta recordar lo que decía don Dolindo Ruotolo, ‘el apóstol del abandono de Dios’, que decía ‘vale más un acto de confianza en Dios que mil Ave Marías’. Decía que, ante los problemas del mundo, sería bueno, más que encerrarnos en nuestras propias soluciones humanas, poder dar a Jesús ese problema que tenemos y confiar que Él lo pueda resolver», apuntó el director de ReL.

«Aunque el Espíritu Santo nos ilumina y nos regala estos dones tan magníficos, como son las herramientas del primer anuncio, muchas veces, aunque decimos que queremos a Dios, nos encerramos en esas seguridades y no dejamos que Dios sea Dios, y por lo tanto no dejamos que Él haga esas cosas que está deseando. Por eso, también, ese ‘Jesús ocúpate tú’ en nuestras tareas de evangelización, que, seguramente, en esa confianza ilimitada y en ese abandono posiblemente también nos iría bien», comentó Rosal.

Algunos de los participantes en el Transforma.

El director de ReL habló también de la división que hay hoy en la Iglesia. «En la Iglesia hay dos corrientes que levantan la mano y nos dicen constantemente ‘yo tengo la solución para los problemas del decaimiento de fieles’. Una corriente es la que dice que hay que envejecer la Iglesia, la que dice que la solución está en el pasado, en lo que se hacía hace 70 u 80 años, en la Eucaristía, en la liturgia, en la catequesis o en otras dinámicas…. Y lo dicen con buena voluntad, y es posible que en algunas cosas tengan razón».

«Pero es verdad que el cristiano de hace 70 u 80 años no tiene nada que ver con el cristiano de hoy. Hace 70 u 80 años el universitario iba a clase con corbata y chaqueta, hoy nadie va con corbata y chaqueta. Tenían otros códigos culturales. A lo mejor, cantaban ‘Jesús me has mirado a los ojos’, que a los jóvenes de hoy posiblemente ese código musical ya no les va. Envejecer a la Iglesia no parece que sea la mejor solución», comentó.

«Hay otra corriente, también muy fuerte, que dice que si queremos tener éxito en la evangelización tenemos que intentar construir una Iglesia ‘guay’. Una Iglesia que abraza con entusiasmo todas las ideologías de la postmodernidad. La Iglesia que se casa con el espíritu de los tiempos y tiene el riesgo de quedarse viuda muy pronto. La Iglesia que invita a que todo tenga cabida pero que, sin embargo, se muestra reacia a mantener la cruz o el concepto de conversión, porque no se quiere cambiar. Esa tampoco es la solución, porque, hace 60 o 70 años, otras Iglesias protestantes ya cogieron el testigo de ese camino y el resultado ya hemos visto que ha sido de muerte y de fracaso total«, aseguró Álex Rosal desde el estrado.

El director de ReL se preguntó, por tanto, cuál debía ser la Iglesia del siglo XXI.

«¿Qué es lo que nos dice el Espíritu Santo? Que tenemos que entrar en una Iglesia del siglo XXI en donde haya un mayor protagonismo de los seglares, unido a un liderazgo diferente del que tienen ahora mismo los sacerdotes. Muchos de vosotros ya habéis experimentado esa conversión pastoral, que ha cambiado vuestra parroquia y ha cambiado a vuestros fieles. Y eso ha supuesto que hayáis pasado de ser el hombre-orquesta, la persona que intenta tocar todos los instrumentos, a ser simplemente un líder espiritual que ilumina, que guía, que acompaña, que empuja y que invita a los seglares a que se tomen en serio esa frase del Evangelio de ‘id por todo el mundo y predicar el Evangelio'», explicó Álex.

‘La mala noticia es que en el mundo solo hay 407.000 sacerdotes, ya sean religiosos o diocesanos. Nos crea un cierto vértigo’, advirtió Álex Rosal en la charla.

«Ese binomio, entre el líder espiritual, que ya ha pasado por la conversión, unido a esos seglares que, poco a poco, empezamos a despertar y a darnos cuenta de que esa frase del Evangelio también va con nosotros, aunque seamos pecadores o débiles. Esa es, posiblemente, la dinámica que nos está pidiendo el Espíritu Santo. Un trabajar en equipo con ese líder espiritual convertido que nos invita a los seglares a colaborar«, dijo Álex.

Para Rosal, es el momento para que los seglares tomen la iniciativa. «Si os fijáis, en estas herramientas de primer anuncio, que, además, algunas han sido fundadas por seglares, como Proyecto Amor Conyugal, Effetá y otras muchas, el papel del sacerdote es de líder que acompaña, que empuja, que ilumina y que tiene, también, la parte sacramental, pero, sobre todo, el seglar es el que se ocupa de un trabajo fuerte que el sacerdote, hasta ahora, lo podía hacer, y lo hace, pero que no es necesario que esté presente y que sea el protagonista. Así logramos que la expansión de ese primer anuncio sea mucho mayor que si solo se ocupara el presbítero, que está haciendo todo lo que puede, agobiado y angustiado, en el trabajo del día a día», expresó.

«Hay dos buenas noticias, la primera es que Dios es el protagonista de esta historia de la salvación. Es el protagonista de este primer anuncio o de la misión de evangelización, y no somos nosotros. Eso nos da una gran tranquilidad. Dios elige a los no capacitados y con su gracia nos capacita. Dios elige a lo pequeño, a lo pobre, a lo que es residual… y Él lo capacita. Es un motivo de alegría que todos nosotros, que no éramos capacitados, Dios nos haya elegido para esta misión sabiendo que Él es el protagonista». dijo Álex.

Antes de concluir, Rosal quiso transmitir esperanza a los presentes. «Es verdad que la cristiandad ha muerto, y hay muchos que están tristes pensando que la Iglesia ya no tiene poder, ya no tiene influencia, ya no tiene autoridad. Se ha reducido en número, pero, si nos fijamos en la historia de la salvación, Dios siempre ha actuado igual. Dios siempre ha actuado eligiendo un resto de Israel para vivificar su Iglesia. Dios siempre ha elegido a minorías creativas para darles fuego, para darles un agua viva, darles un impulso y que ese pequeño resto de pueda inyectar savia nueva otra vez en el tronco de la iglesia», comentó.

Puedes escuchar aquí completa la intervención de Álex Rosal en el Transforma 2024.

«Os acordaréis en los años 60, el cardenal Ratzinger profetizó que la Iglesia del siglo XXI iba a ser una Iglesia de pequeñas comunidades, que es en lo que estamos viviendo ahora. Él también decía que esa Iglesia plegada sobre sí misma, cogiendo más fuerza en la intimidad con Dios, cogiendo más fuerza en pequeñas comunidades que tengan más calor, hará que la fuerza del Espíritu pueda traspasarse al tronco central de la Iglesia e inyectar esa vitalidad. No nos preocupemos porque seamos pequeños, porque seamos pocos. Esa es la dinámica de Dios», concluyó en su intervención el director de ReL.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»