La tradición cristiana ha presentado siempre el modelo de familia, que en el mundo moderno se ha modificado sustancialmente, hasta hacerse irreconocible. La caída del sentido del matrimonio por el divorcio, ha llevado a la desnaturalización de los roles del varón y la mujer. En esta perspectiva los hijos no son la consecuencia natural y las mascotas ocupan su lugar; la cultura el uso, digamos mejor- ha reemplazado a la naturaleza.
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