Esta Fiesta se ha celebrado por muchos siglos en Jerusalén y en muchísimos sitios del mundo entero. Antiguamente recibía el nombre de “Invención o hallazgo de la Santa Cruz”, veamos porqué.
Se dice que por el siglo IV el pagano Constantino tenía que enfrentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio. La noche anterior al suceso tuvo un sueño en la que vio una cruz luminosa en los aires y escuchó una voz que le dijo: “Con este signo vencerás“. Al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y exclamó: “Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena“.
La victoria fue total, Constantino llegó a ser emperador y dio libertad a los cristianos. Santa Elena, madre del emperador, pidió permiso a su hijo y fue a Jerusalén a buscar la Santa Cruz en la que Cristo murió. Después de muchas excavaciones encontró tres cruces y no sabían cómo distinguir cuál era de Jesús.
Es así que llevaron a una mujer agonizante, quien al tocar la primera cruz se agravó más con su enfermedad. En la segunda cruz, la enferma se mantuvo igual, pero al tocar el tercer madero, recuperó la salud.
Entonces Santa Elena, junto con el Obispo de Jerusalén, Macario, y los miles de fieles presentes llevaron esta cruz en procesión por las calles de Jerusalén. En el camino había una mujer viuda que llevaba a enterrar a su hijo, por lo que acercaron la Cruz al fallecido y éste resucitó.
Esto significó un gran hallazgo, por lo que un fragmento de la Cruz se dejó en Jerusalén y otro se trasladó hasta Roma. El fragmento de la Cruz en Jerusalén hizo que el templo donde se guardó se embelleciera gracias a la mano de un gran grupo de albañiles. También en Roma, arquitectos y albañiles construyeron pronto una Basílica dedicada a la Santa Cruz, en donde actualmente se venera la preciosa reliquia junto a un fragmento del letrero de la Cruz y uno de los clavos.
Estos hechos en los que intervinieron albañiles, así como la leyenda de que uno de ellos murió cayendo desde lo alto y resucitó gracias a la acción milagrosa de la Cruz, ha hecho que en muchas partes, como en el caso de México, los albañiles conserven la tradición de colocar una cruz florida en las construcciones y la celebren.
Sin embargo, existe otra razón para que los albañiles, y cualquier persona, ponga una Cruz en las construcciones. Esta razón se fundamenta en el Salmo 127, que dice:
“Si el Señor no Construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores; si el Señor no protege la ciudad, en vano vigilan los centinelas”.
Con esta razón comprendemos que toda construcción, material o humana, solo tiene sentido, firmeza y seguridad en Cristo.
Que todas las rodillas se doblen delante de esta Cruz sagrada, mediante la cual, Nuestro Señor Jesús ganó el honor y la alabanza que ahora le damos el día de Su nacimiento en Belén, recordando estas palabras del Profeta Isaías:
«Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado, lleva sobre sus hombros el signo del imperio». (Isaías 9,5)
¡Muchas felicidades a todos!
PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD
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